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4 formas para proteger tu matrimonio del adulterio

Sea que estés casado o no, sea que tu matrimonio sea bueno o no, imagina esto. Estás viendo a la persona que decidió darte su corazón, algunos sueños, su cuerpo, sus años y su soltería porque se comprometieron a entrar a una relación de compañerismo de amor abnegado contigo de por vida. Estás por decirle que has puesto todo eso y más de lado por alguien siguió coqueteando contigo en el trabajo, o porque pensabas que no te escuchaba, o porque sentiste que perdió su pasión en la habitación. Ahora es el mejor momento para hacer lo que sea necesario para proteger tu matrimonio.

Nadie quiere formar parte de esa conversación, pero muchos de nosotros lo haremos. Quizá descuidaremos los deseos de nuestros cónyuges. Quizá disfrutaremos tiempo solos con alguien más. Quizá dejaremos que la pornografía, el trabajo o el ministerio se interpongan en nuestro matrimonio. Pero deshagámonos de los malos consejos adúlteros y reemplacémoslos con las cosas buenas. Aquí hay cuatro formas de proteger tu matrimonio del adulterio hoy.

1. Reduce los riesgos radicalmente. El riesgo es para los deportes extremos, los fondos de retiro y las aventuras de negocios—no para la fidelidad matrimonial. Es excelente tomar riesgos juntos, como mudarse a un nuevo lugar o ir a una aventura. Pero no arriesgues tu relación. Al contrario, aviva el fuego de tu fe. Nunca hables mal de tu cónyuge con otras personas. Nunca. Rodéate de matrimonios fuertes. Evita situaciones de riesgo con el sexo opuesto. ¿De verdad es tan importante ir solo a otra parte con alguien del sexo opuesto? Nunca estés solo con la persona equivocada.

2. Riega tu césped. Si la hierba es más verde en el otro lado, entonces riega tu propio césped. Descubre los lenguajes del amor de tu cónyuge y vierte en ellos con servicio apasionado. Lava los platos. Ve a consejería. Haz ejercicio. Escucha. Ponte esos pantalones para sudar. Anden juntos solos, espiritualmente y desnudos. Haz de tu cónyuge el ser humano más importante de tu vida. Pon a tu cónyuge antes que tus hijos, el trabajo, el dinero, las cosas, los pasatiempos, y sí, ¡tu propia madre! Ama a tu cónyuge como Cristo amó a la Iglesia.

3. Entiende la devastación del adulterio. No importa lo que las novelas románticas y los triángulos amorosos de la telvisión digan al respecto, el adulterio devasta vidas. Hiere a las dos personas involucradas, así como a los niños, sus familias, y sus compañeros de trabajo, la gente que les admira, sus negocios, sus ministerios y el futuro de sus matrimonios. Esa es la lista corta. Es feo y nunca vale la pena. Googlea esto: ¿Cuántas aventuras se vuelven matrimonios?

4. Conoce las Buenas Noticias de Dios. Aún cuando seamos infieles, Dios es fiel. Como el Pastor Craig dice, el adulterio puede ser causa de divorcio, pero también lo es de perdón. Cristo murió por todos los pecados. Si has experimentado adulterio, la sanidad es posible. Mira a Cristo, halla la fuerza para perdonar, busca consejería, gana la confianza otra vez, y haz el duro—pero increíblemente poderoso—trabajo de restauración.

Mira al Pastor Craig Groeschel hablar sobre matrimonio.

—Jason