Crisis MatrimonialMuestra
Mis padres están divorciados, ¿cómo hago que mi matrimonio funcione?
Unos pocos años luego que me había casado, me paré sola en nuestra casa mirando la pintura de un bote en la pared. Mi esposo, Jason, se había ido al trabajo luego de otra conversación hiriente. No pude evitar preguntarme: ¿cómo podré hacer que mi matrimonio funcione cuando el matrimonio de mis padres no funcionó?
Si tus padres están divorciados o tu matrimonio está en problemas, probablemente te has sentido asustado de que tus propios votos se rompan en pedazos. Quizás el día de tu boda mientras caminabas por el pasillo susurraste un voto de que no cometerías los mismos errores que ellos.
Las alarmas internas se activaron cuando mi esposo y yo enfrentamos retos. ¿No se supone que mi matrimonio sería llevadero? ¿Habían mis padres enfrentado las mismas luchas en su matrimonio? Había decidido que estaba de mi parte hacer que nuestro matrimonio durara, pero no iba bien. Comencé a identificar el quebrantamiento de mis padres.
Esto es de lo que me di cuenta: solo cuando empezamos a ver nuestro quebrantamiento a la cara es cuando puede decirnos la verdad.
El Rey David tuvo que enfrentar algunos quebrantos. Cometió varios errores matrimoniales—incluida una aventura. Aún así, siguió dependiendo de Dios con un corazón quebrantado y contrito.
¿Te encuentras derramando todo tu corazón delante del Señor o estás dependiendo de ti mismo? Mientras más me esforzaba como la salvadora del matrimonio, más odiaba perder mis cabales o decepcionar a mi esposo. Alivia tu carga. ¿Crees que Dios está desalentado por las dificultades de tu matrimonio? Dios, de hecho, se deleita en tu necesidad por Él. Si la perfección humana y el mero esfuerzo humano para prevenir el divorcio funcionaran, no necesitaríamos a Dios.
Así que, ¿cómo podemos hacer que nuestros matrimonios funcionen? Al llorar frente al cuadro, por primera vez me di cuenta que habían tres figuras oscuras, ¡y Dios estaba enseñándome algo a través de ellas! No estaba sola. No solo éramos mi esposo y yo. Jesús siempre ha estado y siempre estará en nuestro bote. No tenemos que temer al divorcio o sobregastarnos tratando de prevenirlo por cuenta propia. Podemos crecer juntos al enfrentar nuestra insuficiencia con Jesús en nuestro bote.
1. Date el permiso de estar quebrantado. Esto se siente extraño al principio. ¿Quién quiere meter la pata? Cuando cometas un error o te sientas distante de tu cónyuge, pregúntale a Dios cómo te ve a ti y a tu matrimonio. Perdónate a ti mismo y pídele a Dios por Su perdón.
2. Di una oración de perdón por tus padres cuando fuese que empezaste a culparlos o menopreciar su matrimonio. Cuando perdones a tus padres por sus fracasos matrimoniales, tu matrimonio puede tener libertad para crecer a través de la dificultad.
3. Da un paso valiente. Bien sea empezando otro Plan Bíblico después de este, diciéndole sí a la consejería matrimonial juntos, orando juntos, o escribiendo una declaración de una visión como pareja, toma el siguiente paso valiente enfrentando tus temores sabiendo que Jesús está en el bote.
—Kristy
Acerca de este Plan
La mayoría de nosotros sabe que el matrimonio no será siempre una luna de miel, pero nadie planifica una crisis matrimonial. Tristemente, las heridas profundas, las aventuras, las adicciones y el divorcio, amenazan muchos matrimonios. Pero hay buenas noticias: no importa qué crisis enfrentas, sigue habiendo esperanza en Cristo. ¿Quieres más de eso? Empieza este Plan Bíblico esperanzador de finds.life.church.
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