Pasos hacia ShalomMuestra

Mejor juntos por la paz

Hubo una vez un viejo granjero que tuvo 5 hijos que apenas se llevaban bien. Cuando el envejecido granjero sintió que su tiempo ya se acercaba, llamó a sus hijos a su lecho de muerte. El padre les aconsejó que vivieran en unidad, pero claramente, sus palabras cayeron en oídos sordos. Así que el granjero pidió a su sirviente traer un atado de palos.

Él le pidió a cada uno de sus hijos que intentaran romper el atado, pero ninguno tuvo éxito. Luego le ordenó al sirviente desatar el atado y liberar los palos. Ahora los hijos podían romper fácilmente todos los palos que habían estado en el atado. El padre instó a los hijos a vivir como ese atado de palos, juntos serían fuertes e inquebrantables; pero si se separaban el uno del otro, serían vulnerables a sufrir daño.

Levítico 26 comienza con una serie de bendiciones que vendrían a Israel, si el pueblo seguía las órdenes de Dios. Habría plenitud de lluvia, abundancia de cultivos, y paz, shalom. Cuando se trata de las promesas de protección y seguridad, la Escritura lo describe de esta forma: “Cinco de ustedes perseguirán a cien, y cien de ustedes perseguirán a diez mil . . .” Esencialmente, la promesa fue que unos pocos vencerían a muchos. De hecho, esta promesa se hizo verdad para Israel tanto en los tiempos bíblicos, como en nuestros días también.

Sin embargo, como lo señalan los sabios judíos, las matemáticas en este versículo no cuadran. Si cinco persiguen a 100, eso es una relación de 1 por 20. Basado en esa relación de fuerza que Dios prometió, entonces 100 israelitas serían capaces de vencer a 2.000 enemigos. Aun así, el versículo claramente prometió que 100 hombres perseguirían a 10.000 enemigos. ¡Eso es una relación de 1 por 100!

Los sabios aclaran esta aparente inconsistencia explicando que no podemos comparar la unidad de cinco personas con la unidad de 100. Como el viejo granjero trató de enseñarle a sus hijos, hay fuerza en la unidad. Y cuanto más grande es la unidad, más grande es la fuerza.

Shalom significa que estamos shalem — enteros, unidos, completos. Cuando tenemos shalom entre nosotros – cuando trabajamos juntos y nos quedamos juntos — somos fuertes y somos bendecidos.

Solos, cada uno de nosotros puede hacer algún bien, pero juntos tenemos un mayor impacto en la tierra de Dios y en Su pueblo. Juntos podemos brindar grandes bendiciones a Israel, y Dios nos bendecirá en recompensa. Como Él promete en Génesis: “Bendeciré a los que te bendijeren” (12:3).

Paso 9: Únete a otros y trabajen juntos. Busca maneras de unirte a otros en todos los aspectos de la vida. En el hogar, en el lugar de trabajo, y en nuestras comunidades, siempre somos mejores juntos.