[Serie Dichosos los que sufren] Aceptación y paz Muestra
«No puedo quedarme en silencio»
Cuando tienes una buena noticia, cuando te sucede algo bonito; no puedes contenerte, quieres gritarlo a los cuatro vientos. No podemos esconderlo porque la alegría es tan grande que merece ser compartida. Es por eso que festejamos los cumpleaños, los matrimonios y las graduaciones. La alegría es mayor cuando es compartida.
Hay un conocido salmo que se ha convertido en canción. Seguramente lo has escuchado, manifiesta la alegría de haber superado la dificultad. El salmista canta que la noche de llanto ya pasó y que por la mañana ha llegado la alegría.
Dios tiene este inmenso poder de consolación, logra cambiar el lamento en baile. Dios tiene el poder de quitarnos las vestiduras de luto y transformarlas en vestido de fiesta. Este es el motivo por el cual podemos levantarnos y estar llenos de fuerzas y energías, porque recordamos las cosas buenas que Dios ha hecho por nosotros.
Recordar de dónde Dios nos ha sacado es el primer paso al agradecimiento. El corazón agradecido no puede dejar de cantar alabanzas y bendecir a Dios por todas las cosas buenas que ha hecho. Es muy importante que recordemos constantemente todas las bendiciones que Dios nos ha dado, por pequeñas que parezcan.
Hay muchísimos estudios que muestran que las personas que desarrollan el hábito de tomar nota de todas las cosas buenas que están a su alcance son más felices. Al despertarte esta mañana, ¿pudiste ducharte con agua caliente?, ¿has comido una rica tostada caliente o bebido agua sin tener que caminar kilómetros para obternerla? Entonces considérate afortunado.
Reflexiona: Este pensamiento, ¿cambia mi perspectiva de las cosas hoy? ¿Cuáles son las bendiciones que están sobre mi vida gracias a mi Padre Celestial? ¿Cuántas canciones podría escribir en agradecimiento por las bendiciones de Dios sobre mi vida?
Palabra de fe para hoy: «Has cambiado en danzas mis lamentos; me has quitado el luto y me has vestido de fiesta. Por eso, Señor y Dios, no puedo quedarme en silencio: ¡te cantaré himnos de alabanza y siempre te daré gracias!» (Salmo 30:11–12 DHH).
En este día, que de nuestros labios brote una oración de agradecimiento, alabemos al Señor porque ha vencido la muerte, nos ha dado la victoria. Una esperanza de nueva vida irrumpe en nuestro corazón, nada ni nadie puede robarnos este inmenso regalo inmerecido. Dios ha sido tan bueno con nosotros, que este pensamiento llene nuestra boca de alabanza y adoración. Vuélvete contagioso, esparce la alegría y el gozo que Dios te ha dado a aquellos que están buscando consuelo en el Señor. Ha llegado el tiempo de levantarse del luto y celebrar la vida que Dios te ha dado.
Escrituras
Acerca de este Plan
Únete a nosotros en esta sexta y última parte de la serie «Dichosos los que sufren», de American Bible Society, en la cual nos enfocaremos en el estudio de la aparente contradicción de la dicha en el dolor. Nuestro devocional te brindará consejos prácticos para mirar la vida con una nueva esperanza en Jesús, superando el duelo con aceptación y paz en Cristo Jesús.
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Agradecemos a American Bible Society, por proporcionar este plan en convenio con El Centro Network. Si deseas conocer más sobre estas organizaciones, sigue estos enlaces https://www.americanbible.org y https://elcentronetwork.com