[Serie Dichosos los que sufren] Aceptación y paz Muestra

Recibimos consuelo, damos consuelo

Es muy claro que no podemos dar lo que no tenemos. La premisa sobre la cual hemos basado esta serie de devocionales se halla en el Sermón del Monte donde Jesús nos presenta el perfil de aquellos que viven y pertenecen al reino de Dios. Dichosos, felices, afortunados.

Dichosos son los que sufren porque serán consolados. Puedes considerarte afortunado porque lo que necesitabas, consuelo, es lo que has recibido de parte de Dios. Hemos recibido consuelo, por lo tanto, ahora que nuestra necesidad ha sido saciada, Dios nos desafía a extendernos hacia quien necesita lo mismo que nosotros ya hemos recibido. 

Has recibido vida en abundancia de la fuente de vida. El desafío que se nos presenta a través de la lectura del día de hoy, es a compartir el consuelo de vida eterna que Dios nos ha dado. 

Reflexiona: ¿Conoces personas que están pasando por un momento de prueba y dificultad? ¿Puedes aceptar el desafío que Dios te presenta hoy sabiendo que tu agradecimiento es la fuente de impulso a servir al necesitado?

Palabra de fe para hoy: «Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: … un tiempo para llorar, y un tiempo para reír, un tiempo para estar de luto, y un tiempo para saltar de gusto…» (Eclesiastés 3: 1, 4 DHH). 

Si Dios pone personas con necesidad a tu alrededor, quizá sea el tiempo de dejar el luto atrás, para comenzar a compartir la abundancia de lo que has recibido. La Biblia nos cuenta que es mejor dar que recibir, es por eso que la Biblia dice que ha llegado el tiempo para saltar de gusto. Cuando damos, nuestro corazón se ensancha y la vida abundante que brota de nuestro corazón, fluirá hacia esas personas que están sedientas de consuelo. 

No tengas temor respecto a lo que dirás, tu testimonio, tus sentimientos y experiencia hablarán por ti. El Espíritu Santo te ayudará; recuerda que él es nuestro Ayudador y quien nos recuerda y enseña la verdad de la Palabra de Dios.

Te invito a que compartas el consuelo que has recibido, tu corazón saltará de alegría.