[Serie Nada nos separa de su amor] Dios ofrece aceptación y amorMuestra

La misericordia de Dios es desde la eternidad

Cada día al abrir los ojos, recordamos que nuestro cuerpo es mortal. Sabemos que el cuerpo es limitado, puesto que cumple el ciclo de la vida establecido por el diseño de Dios. Cada célula de nuestro cuerpo tiene la información genética que determina la edad promedio de cada especie. Plantas, animales o el ser humano tienen un diseño especial de Dios, características específicas, establecidas para que la vida se mantenga en la tierra. Comenzando por sus características físicas, su forma de alimentarse, su relacionamiento dentro de la población y en el ecosistema con otras poblaciones y con la naturaleza. 

Admiramos el diseño, formas, colores, tamaños que hacen de la creación el lugar más hermoso que la humanidad ha podido conocer. Pero todo lo que vemos, perece. Nuestros cinco sentidos, cumplen el propósito de relacionarnos con la creación. La vista, nos permite cada día observar y deleitarnos con las hermosas flores, las aves coloridas, aun los insectos llamativos, todos cumpliendo su función dentro de los procesos de vida. Así como vemos germinar plantas, nacer insectos en el jardín o con las mascotas en la casa; también la muerte se evidencia. 

A lo largo de las épocas el hombre se ha considerado poderoso y que puede doblegar todo lo que se propone, pero con la muerte no ha podido; por eso hay un deseo inmenso de conseguir la eterna juventud. Se invierten millones de dólares mensuales en cirugías estéticas, tratando de mantener la juventud física, pensando que allí está la respuesta a sus necesidades espirituales. 

En cambio, Dios, quien nos conoce, sabe que nuestra verdadera necesidad no está en lo material sino en lo espiritual. Entendemos que lo temporal, aunque es maravilloso y demanda nuestra atención para llevar adelante la vida aquí en la tierra, no debe quitar la importancia a lo eterno que va más allá de todo entendimiento humano limitado. La misericordia de Dios, que se manifiesta cada día a favor de sus hijos, nos dimensiona y sostiene. Su plena manifestación la vemos en Jesucristo, por quien nos fue otorgado el perdón de nuestros pecados. ¿Puede existir una misericordia mayor a favor de los hijos de Dios?

Reflexión

Lo temporal pasa, aunque tratemos de darle gran valor e invirtamos allí nuestra economía, tiempo y talentos. La misericordia de Dios en cambio es eterna y nos alcanzó a cada uno.