[Serie El amor de Dios por nosotros] Mientras cuidas de otros…Muestra

¿Realmente hice suficiente?

Aun cuando hayas hecho todo lo que podías hacer por brindar amor, compañía y cuidado a tu ser querido, puedes estar asediado por la duda. Quizás te preguntes: «¿Podría haber sido más paciente?, ¿más amable?». A través de las Escrituras, el mensaje del amor renovador de Dios es seguro y fuerte. La seguridad que con su amor eterno te ha amado, te dimensiona. En medio de la situación crítica, cuando hay momentos de duda en tu corazón, es necesario recordar que, como hijo de Dios, con toda dedicación hiciste lo que estuvo en tus manos. 

Todas las cosas ayudan a bien a los hijos de Dios. Todas las situaciones son productivas y denotan crecimiento y madurez en tu relación con Dios. Porque en lo espiritual se atraviesa por un proceso, primero como niños hasta ser maduros. Y así como físicamente se pasa el proceso de crecimiento natural, es necesaria la alimentación adecuada para desarrollarse sanamente. Espiritualmente es similar. Puesto que después del nuevo nacimiento, comienza un proceso de crecimiento en la fe, en la Palabra y en la manera de manifestar en la vida todo aquello que se va aprendiendo en lo espiritual. 

¿Cómo manifiestas amor, sino en momentos donde te atacan? ¿Cómo manifiestas bondad, sino en momentos de indolencia? ¿Cómo manifiestas gentileza, sino en momentos de dureza? Todo ayuda para bien. Cada vez tienes una oportunidad de manifestar un área en la cual estás creciendo en Cristo. No quejándote, sino a pesar de la situación que atraviesas, manifestar el carácter del Hijo de Dios.  No te preguntes si hiciste lo suficiente, agradece a Dios por darte la oportunidad de haber hecho lo que pudiste hacer. 

Confía en el amor de Dios cada día y aférrate a sus numerosas promesas. Comienza un tiempo especial de gratitud a Dios. Gratitud por la preciosa vida de tu ser querido. Gratitud por el privilegio de asistirlo. Gratitud por la oportunidad de mostrar tu generosidad aún en medio de tu escasez. Gratitud porque partió en el perfecto tiempo de Dios. Gratitud por haber tenido la oportunidad de manifestar a Cristo en tu vida. Gratitud porque en su Palabra has hallado paz. Gratitud porque en su amor has renovado fuerzas. 

Palabra de confianza de parte de Dios

Yo te he amado con amor eterno; por eso te sigo tratando con bondad.