[Serie Esperanza y fuerza] Dios quiere que elijas la vidaMuestra

La culpa y el dolor

«Tal vez si hago más, el abuso se detendrá». El tormento de ser violentamente agredida por la persona que amas puede hacer que tengas sentimientos de culpabilidad, aun cuando no tienes nada de culpa. Puedes sentirte culpable, como si hubieras traído la violencia sobre ti misma. Puedes decirte: «Si solo fuera una mejor persona. Si hubiera hecho más para complacer». 

Sin embargo, no tienes la culpa. Tú no eres responsable de hacer que tu ser querido abuse de ti. El abuso es siempre una elección hecha por el abusador. Nadie tiene derecho a tratarte con violencia.

a. Eres preciosa para Dios

Vales tanto para Dios, que primero su Hijo vino a tomar tu lugar en la cruz, pagó el precio de tu pecado y te salvó. Además, te hizo el templo vivo de Dios. Eso significa que decidió habitar dentro de ti. Ya no en construcciones hechas por manos humanas, sino por él. Te eligió a ti para habitar, vales tanto para él que no existe construcción humana que pueda reemplazarte, puesto que tu vida tiene más valor que un edificio lujoso. Ahora que está dentro de ti, debes tener la seguridad que no te abandona ni te desprotege. 

b. Eres impecable

Cristo se ofreció como sacrificio perfecto, el único que fue aceptado por Dios para que fueras libre de todo pecado. Solo la sangre de Cristo podía darte la condición de nueva criatura y te dio el poder para ser hecha hija de Dios. Ninguna otra sangre podía darte esta condición ni esta seguridad, solo la de Cristo y fue derramada a tu favor.

c. Eres elegida por Dios

Hay algo de lo que debes estar segura, y es que eres elegida por Dios desde antes de la fundación del mundo, y no solo eso, sino que fuiste bendecida con toda bendición espiritual. Si evalúas lo que Dios te ha entregado, tienes muchos motivos para agradecer y alabar a Dios. Seguramente piensas que te vendría bien unas cuantas «bendiciones materiales» también. Pero puedo asegurarte, que aun muchas personas adineradas pasan por todo lo que tú estás pasando, porque la condición económica no exime de vivir abuso, maltrato o traición. ¿De qué sirve tener lo material si no tienes lo espiritual? Cuando el entendimiento de lo que Cristo hizo a tu favor viene a tu vida, por medio de escudriñar las Escrituras, orar y meditar en ella, entonces podrás alabar a Dios como lo hizo Esteban mientras lo apedreaban hasta morir.