El camino de la grandeza: Un viaje hacia la humildad y el liderazgo de servicioMuestra

El lugar más bajo   

Habiendo finalizado su maestría en administración de empresas en la Universidad de Liverpool, se esperaba que Ashok se uniera a Frontline Logistics y se convirtiera en un gerente de alto rango. Muchos en la empresa esperaban que fuera nombrado Director General dentro de los próximos dos años. 

Ashok siempre se había sentido presionado a unirse a la compañía y sabía que muchos colegas codiciaban el puesto de Director General para el que su padre lo estaba preparando.

Dos años antes, dos gerentes, Tom y Gerard, tuvieron que ser despedidos, y uno de ellos incluso fue encarcelado, pues habían conspirado entre sí para jugar un truco a un grupo de sus colegas, de manera que esos colegas terminasen expulsados. 

Como contador, Tom había manipulado algunos números en un intento de mostrar fondos faltantes y Gerard había colocado efectivo en los escritorios de sus colegas. El Sr. Kumar, que era astuto por derecho propio, había podido llegar al fondo del asunto mediante extensas entrevistas y con la ayuda de cámaras de vigilancia ocultas en cada oficina, y sobre las que solo él y el director regional conocían.

En la investigación policial, tanto Tom como Gerard dijeron que cometieron el crimen para ser promovidos a una posición más alta en la empresa y ganar la codiciada aprobación del Sr. Kumar. Irónicamente, su estrategia tuvo el efecto contrario.

En nuestro mundo ferozmente competitivo, no tenemos que mirar muy lejos para ver a las personas que se suben sobre los hombros de otros para llegar a los lugares más anhelados. La dirección deseada es generalmente hacia arriba, hacia "más grande y mejor": el estándar de grandeza mundial del que leímos ayer. 

Filipenses 2 dice que Jesús, aunque estaba en una posición de poder, no quiso usar ese poder para obtener ventajas. Más bien, él eligió dejar su posición de gloria. Pablo nota que Jesús dio varios pasos hacia abajo. Él se hizo como si fuera nada, como un siervo, como un hombre. Para agregarle aún más a su ya humilde posición, él, como un siervo humilde, se hizo obediente hasta llegar a una muerte espantosa.

Pablo usa el ejemplo de Jesús para alentarnos a tener la misma mentalidad los unos con los otros. Las interacciones entre nosotros deben parecerse al camino descendente de humildad que tomó Jesús. 

La carta a los filipenses también habla a los líderes. Tener la mente de Cristo en el liderazgo es no luchar por una posición más alta, ni siquiera defender nuestra posición personal, sino desear tomar el lugar más bajo para que otros puedan ser elevados.

La imagen del líder cristiano podría ser simbolizada por un hombre moribundo que es brutalmente ejecutado, en oposición contra el director general inteligente y agudo de nuestros días. La imagen cristiana de liderazgo no parece muy deseable, pero es el camino que debemos seguir. El destino de tal camino, sin embargo, significa verdadera gloria y comunión con Jesús, donde seremos llevados a su lado.

En nuestras interacciones personales y posiciones de liderazgo, estamos llamados a buscar el camino más bajo de la humildad. No para blandir ningún poder, sino para aferrarnos libremente a cualquier posición que tengamos, a fin de que otros sean edificados.

Una pregunta que debemos hacernos a nosotros mismos:  si Jesús nos llamara a realizar por un tiempo prolongado un trabajo sencillo, muy por debajo de nuestra educación o posición actual, ¿estaríamos dispuestos a hacerlo?

Oración

Dios, esta pregunta me desafía. Deseo vivir como lo hizo Jesús y complacerte. Te pido que me enseñes. Ayúdame a comprender cómo puedo vivir auténticamente esta vida de humildad: aquí mismo, en mi propia ciudad, en mi propia comunidad, en mi propio entorno, en mi propia familia.