[Serie ¡Qué dicha!] Un espíritu diferenteEjemplo

Amabilidad secreta

Esta bienaventuranza —dichosos los que sufren— nos recuerda que algunas veces nos sentimos tristes, pero nos da la oportunidad de recibir consuelo de nuestras familias y de Dios. La vida puede brindarnos la alegría que viene de Dios si nos tratamos amablemente unos a otros. 

He aquí un reto, lo llamaremos «amabilidad secreta». En algún momento de la semana, procura hacer algo bueno por otro miembro de la familia, pero —esto es lo divertido— no le digas a nadie que tú lo hiciste. ¡Es un gran secreto! Le puedes dar un regalo, una carta o incluso un versículo bíblico. Tal vez puedes hacer una de sus tareas domésticas. 

Toma el tiempo para pensar en algo que ellos realmente disfrutan. Luego, piensa cómo lo puedes hacer en secreto. Y, después de hacerlo, tal vez puedas hacer una buena obra por alguien más. ¡Veamos cuánta amabilidad podemos compartir en una semana! —aunque no tiene que acabar allí.

Reflexionemos

¿Qué hemos aprendido sobre la consolación? Tenemos seguridad en Dios, que en todo esto, en cualquier circunstancia, salimos más que vencedores, no por nuestros méritos sino por medio de aquel que nos amó. Además, recordemos lo que dice Salmos 34, el Señor está cerca, si eres hijo, de hecho está en ti, salva a los que tienen el corazón hecho pedazos y han perdido la esperanza.

¿Qué significa ser consolado por Dios? Dios nos amó y perdonó, nos consuela permanentemente. El Hijo de Dios es la mayor expresión de amor del Padre, porque nos amó tanto que envió a su Hijo. El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros. El amor no es sentimiento, sino acción a favor de quien se ama. Por eso Dios envió a su Hijo como sacrificio perfecto.

Piensa

¿Cómo podemos consolar a los demás? Llevemos las buenas noticias del reino, como lo hizo Jesús. Que cada vez que te encuentres con alguien, tengas compasión como la tuvo Jesús, y decidas hablarles del reino. No dejes pasar el tiempo, cada día Dios te da una oportunidad de manifestar amor y compasión por los demás, úsala de manera adecuada.