Caminando con JesúsMuestra

Aprendiendo compasión

Los escribas y fariseos criticaron constantemente a Jesús porque se juntaba con los que ellos llamaban "pecadores". Jesús no negó que Él recibía a pecadores porque esa es la razón de su venida al mundo. Cuando Él comía con ellos, no quería decir que Él aprobaba su estilo de vida, y ellos comprendían. Dichos tiempos de compañerismo le daban a Él la oportunidad de cambiar a estos pecadores y guiarlos a la vida eterna. Por supuesto que a los escribas y fariseos no les interesaba el bienestar espiritual de aquellos a quienes ellos consideraban tan malvados.

La parábola de hoy retrata perfectamente lo que Jesús siente por la humanidad. ¡Qué bello cuadro de Jesús, el Buen Pastor! Ningún pecador puede encontrar su propio camino de regreso al hogar. La salvación de cada uno depende de que Jesucristo lo busque y le perdone de sus pecados.

Cuando Jesús empleó la expresión “noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento”, Él no quiso decir que algunas personas son tan buenas que no necesitan arrepentirse. Su comentario estaba dirigido a los escribas y fariseos que se "imaginaban" que eran buenos. Jesús recalcó que hay más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por la supuesta "justicia" de esos fariseos. Ello era una acusación a la justicia propia e hipocresía de ellos.

• ¿Por qué empleó Jesús la parábola de la oveja perdida para enseñar a los publicanos y pecadores?
• ¿Qué similitudes hay entre una oveja y un creyente?
• ¿Por qué somos comparados con ovejas y no con otro tipo de animal?
• ¿Quiénes estarían incluidos entre los que se regocijarían en el cielo ante el arrepentimiento de un solo pecador?
• ¿Qué haces, como servicio personal a Jesús, por las “ovejas perdidas”?