En La Brecha — Cómo Ama Un Hombre CristianoMuestra

Día 4 — El misterio del matrimonio

Leer: Efesios 5:21–33

Pablo muestra a las parejas cristianas cómo deben vivir su matrimonio en el Señor y ser transformadas por su gracia, una señal viva que refleja el amor de Cristo para su iglesia. El matrimonio cristiano, entonces, debe ser fiel, permanente, sacrificado, monógamo, indisoluble, generativo y fructífero. Una pareja casada es una señal viva para toda la comunidad de que Dios es amoroso y misericordioso, generoso y sacrificado, confiado y firme, creativo y abundante.

En la cultura grecorromana, el patriarca era la cabeza de su esposa y de su casa, quienes tenían la obligación de obedecerlo. Si bien no revoca las normas de la cultura, Pablo muestra cómo se transforma el matrimonio cuando se entiende como la imagen sacramental de Cristo y su iglesia. En vez de la dominación masculina, Pablo les dice a los esposos y las esposas que «estén sujetos los unos a los otros» (versículo 21 DHH). Las responsabilidades dentro del matrimonio son mutuas, cada uno respondiendo a las necesidades del otro. Si el esposo ha de ser cabeza de la esposa, debe serlo así como Cristo es la cabeza de la iglesia, con responsabilidad hacia ella y dándose por completo por ella. Los esposos deben amar a sus esposas de la misma manera que Cristo ama la iglesia, subordinando por completo su propia vida a la de ella, siempre buscando el bien de su cónyuge con amor sacrificado y abnegado (versículo 25).  

En el matrimonio cristiano no hay lugar para el autoritarismo, la autoafirmación y el egoísmo. Los cónyuges son responsables de la santidad y la salvación de cada uno. Como Cristo lava su iglesia en el bautismo y la nutre con la eucaristía, el esposo debe apreciar el cuerpo y el alma de su esposa.

Reflexionar: ¿Qué puedo incorporar en mi propia vida de la descripción de Pablo de la relación entre esposos en el matrimonio? 

Orar: Fiel Dios, que llama a los esposos y las esposas a reflejar el amor de Cristo y su iglesia, dame la gracia que necesito para ser una señal visible de tu amor en el mundo.