Claves para un matrimonio exitosoMuestra

El maestro residente

Debemos darnos cuenta, que a menudo queremos aquello que no ofrece la Escritura. Lo que queremos son respuestas a nuestras preguntas del día a día. ¿Cómo puedo comunicarme mejor con mi esposa? Por ejemplo, ¿qué haces cuando cenas de camino a casa y luego descubres que tu esposa preparó cena en casa? Te lo cenas. Será el mejor kilo o dos que ganes en tu vida. Estos son el tipo de temas sobre los que nos gustaría hablar. 

Esto no es lo que Dios nos da en su Palabra. Cuando miras los pasajes específicos del matrimonio, ese no es el enfoque. Cuando llegas a estos pasajes del Nuevo Testamento, los temas más largos e importantes tratan sobre la salvación, y luego, cuando llegas a los asuntos del matrimonio, son sorprendentemente breves y simples. Contrasta eso con entrar a una librería y ver la sección de matrimonio. ¿Que ves? Ves muchos volúmenes que tratan sobre el matrimonio. Contrasta también la ansiedad que sienten las personas por asistir a fines de semana de seminarios matrimoniales, videos y charlas, llevando libros a casa. Entiendo el deseo. Solo quiero que veas el contraste entre el énfasis que damos a este tema en forma de libro, versus el enfoque que se da en la Palabra de Dios.

Cuando creemos en la suficiencia de las Escrituras, nos permite creer que la Biblia no solo proporciona respuestas sino que también nos guía en las preguntas. Si nos disciplinamos para hacer las preguntas que plantea la Escritura, entonces encontraremos que también proporciona las respuestas.

También descubrirás que cuando aceptas lo que las Escrituras revelan, es asombroso cómo el maestro de la verdad que nos habita, como Cristo nuestro Señor, nos guiará para responder a estos problemas prácticos que enfrentamos en nuestra vida cotidiana. En otras palabras, si entiendes bien las cosas grandes, es asombroso cómo Dios cuida las cosas más pequeñas.