[Serie Sublime amor] ¡Somos novios!Muestra

Primer principio: estar dispuestos a una comunicación real

A la luz de la Palabra de Dios, veamos la definición del noviazgo, sé que hay muchas ideas, muchos «normales» y varias definiciones, pero esto es lo que encuentro en la Biblia: Noviazgo, es un tiempo para salir con alguien exclusivamente, frecuentemente y con el propósito de determinar si esta es la persona con quien quieres pasar el resto de tu vida. Noviazgo comienza con la decisión de salir con una persona solamente, y termina en un compromiso formal, o con la disolución de la relación. 

No es algo casual, ya hubo atracción, estuvieron saliendo, ahora salen exclusivamente, se conocen, frecuentan, y con el tiempo verán si son el uno para el otro, para llegar a ser esposos. Para eso es el noviazgo, no es algo casual que es divertido, es para terminar en un compromiso, o para determinar que esa no es la persona correcta para ti. 

Cantar de los cantares dice: ¡La voz de mi amado! He aquí él viene saltando sobre los montes, brincando sobre los collados. Mi amado es semejante al corzo, o al cervatillo. Helo aquí, está tras nuestra pared, mirando por las ventanas, atisbando por las celosías.

La imagen es: una casa en el campo, hay un venadito corriendo, brincando, llega y se asoma para ver si puede ver adentro. No es literal, es poesía, una imagen en donde está Salomón que es el amado, tratando de ir más allá de la superficie, quiere conocer a la Sulamita y sus emociones, y saber: ¿Cómo piensa?, ¿cuáles son sus sueños?, ¿qué le duele?, ¿cuáles son sus heridas? Quiere conocerla más, está como el venado buscando qué hay adentro. 

Continúa diciendo: Mi amado me dijo: Levántate, hermosa mía, y ven. Porque he aquí ha pasado el invierno, la lluvia se fue; se han mostrado las flores en la tierra, el tiempo de la canción ha venido, y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola. Está hablando de una primavera, de buenos tiempos. La higuera ha echado sus higos, y las vides en cierne dieron olor; levántate, hermosa mía, y ven…

Salomón quiere ver dentro de la vida de esta persona. No la acosa, no habla de eso. Habla de querer conocer a la persona, sus emociones, pensamientos y sueños. Al descubrir quién es y un poco más de su realidad, dice: «Ahora conozco tus debilidades, emociones, y quién eres; aun así, quiero seguir con esta relación. Muéstrame tu rostro, quiero escuchar tu voz. Quiero seguir caminando contigo». ¿No te parece algo similar a lo que Jesús hace con nosotros?