Preparando nuestros corazones para la Pascua: un devocional de CuaresmaMuestra

"Día 22: Las aguas"

En estos versículos, el Santo de Israel está clamando a gritos a través de Isaías, suplicando a Su pueblo, en la víspera de la destrucción, que regresen a la verdadera fuente de la vida. Es un llamado enfático a venir sin temores a las aguas vivas de la eterna primavera. Los versículos 2 y 3 dejan claro que esta agua es la Palabra de Dios. La invitación es para beber intensamente de esta agua: a recibir la palabra, razonar, deleitarse en ella y escucharla como nunca antes la habían escuchado. Literalmente "Escuchar con diligencia" (v. 2), es "¡Escucha, escucha!" Es una petición de atención centrada y sostenida. En última instancia, esta palabra es para salvarlos (v. 3), transformarlos (v. 7) y hacer de ellos una bendición para el mundo entero (v. 5). Están siendo llamados a la comunión con su Dios compasivo (v. 7). Pero se niegan a escucharle (6: 9).

La Cuaresma es un tiempo para admitir que tenemos las mismas tendencias mostradas por la audiencia de Isaías. Por razones conscientes e inconscientes, somos propensos a rechazar la Palabra de Dios, y al final, a Dios mismo. Dado el largo tiempo apartados de las Escrituras, una especie de amnesia espiritual se establece, en donde se nos olvida el sabor que es más dulce que la miel, la miel que destila del panal (Salmo 19:10). La Cuaresma es una invitación a ver a Cristo, como la mujer del pozo fue a verlo — con la pureza, y satisfacción ilimitada para nuestras almas sedientas. Es nuestra invitación para regresar a ese pozo y beber intensamente. El que beba del agua que yo le daré, no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en una fuente de la que brotará vida eterna. (Juan 4:14).

Oración

Precioso Señor, por Tu compasión nos llamas. Por Tu misericordia, abre nuestros oídos para oír Tu voz y escucharte, para regresar a Ti. Quita las vendas de nuestros ojos y déjanos ver las maravillas de Tu Palabra. Tu gloria es revelada allí. Sé nuestro deleite. Sé nuestra satisfacción. Despierta en nosotros un nuevo sentido de esperanza, como aquellos quienes ponen su confianza en Ti y saben que nunca serán avergonzados. Glorioso SEÑOR, somos Tuyos. En el Nombre de Cristo, amén.

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