TransformadoMuestra

Ven a casa a celebrar

¿Quieres volver a Dios? Primero tienes que estar harto, confesar tus pecados y luego ofrecer tu vida en sacrificio. Finalmente, celebras.

En la historia del hijo pródigo, es importante notar la respuesta del padre: "Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él; salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó. El joven le dijo: “Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo”. Pero el padre ordenó a sus siervos: “¡Pronto! Traigan la mejor ropa para vestirlo. Pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el ternero más gordo y mátenlo para celebrar un banquete. (Lucas 15:20-23 NVI).

El padre del hijo pródigo es como tu padre celestial. No importa lo que hayas hecho, cuando vuelves a casa, a Dios, Él te cubre con Su amor. Te da lo mejor de Sí mismo y te dice "¡Todo está perdonado! Traigan la capa y los zapatos. ¡Celebremos! Mi hijo ha vuelto a mí."

Vuelves a casa a celebración, no a condenación. Y Dios quiere que te unas a Él para celebrar y le des la gloria a Él.

Celebras tu transformación diciendo simplemente "Gracias, Dios. Agradezco Tu gracia. Gracias por Tu amor. Gracias por Tu bondad. ¡Te alabo y glorifico!"

La Biblia dice en el Salmo 68:4 "Canten a Dios, canten salmos a su nombre; aclamen a quien cabalga por las estepas, y regocíjense en su presencia. (NVI).

Para tu propia transformación, necesitas comenzar a alabar en la iglesia. Necesitas celebrar lo que Dios ha hecho en tu vida y darle gracias alabando. Algunos de ustedes podrían considerarse "malos cantantes" ¡siempre desentonando!

Pero la Biblia no dice que debes cantar bien; dice que debes alabar con gozo. ¡Todos pueden hacer eso! Todos podemos hacer ruido con gozo.

Canta alabanzas a Dios — no solo por quien Él es, sino también ¡por la transformación que ha hecho en tu vida!

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