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Dios quiere una relación emocional contigo
La Biblia dice en Marcos 12:29-30 (NVI): “El más importante es… El Señor nuestro Dios es el único Señor, contestó Jesús. Ama al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”.
¿Escuchas la emoción en las palabras de Jesús? Está diciendo que no quiere que solo lo ames un poco. Quiere que lo ames apasionadamente, con todo tu corazón, toda tu alma, toda tu mente y todas tus fuerzas. Dios no quiere tu conocimiento intelectual; Él quiere una relación emocional contigo.
Hay algunas cosas que necesitas entender acerca de las emociones.
1. Primero, Dios tiene emociones.
Dios es un Dios emocional. Siente gozo, pena, dolor, y odio hacia el pecado. Se frustra con las personas. La única razón por la que tienes emociones es porque fuiste hecho a imagen de Dios. Si Dios no fuera un Dios emocional, tú no tendrías emociones.
2. Tu habilidad de sentir es un regalo de Dios.
Las emociones son las que te hacen humano. Es tu habilidad emocional la que te permite amar, crear, ser fiel, leal, bondadoso, generoso y todas las emociones que están ligadas a las cosas buenas de la vida. Tus emociones no siempre pueden parecer un regalo, pero aún las negativas tienen un propósito en tu vida.
3. Hay dos extremos que debemos evitar.
El emocionalismo es el extremo de decir que lo único que importa en la vida es cómo te sientes —no lo que piensas o lo que está bien o mal. Todo en la vida está basado en tus emociones; ellas controlan tu vida.
Por otro lado, el estoicismo dice que los sentimientos no son importantes para nada, y lo único que importa es tu intelecto y tu voluntad.
Hay denominaciones cristianas enteras basadas en estos dos enfoques sobre las emociones. Algunos cristianos han decidido que realmente no importa cómo te sientas. Ellos minimizan las emociones.
Eso no está bien. Dios te dio las emociones por una razón y quiere que lo adores emocionalmente, con todo tu corazón y toda tu mente.
Escrituras
Acerca de este Plan
Al igual que Pablo en el Nuevo Testamento, tú también sabes que aún no eres quien Dios quiere que seas (Filipenses 3:12). En esta serie, el pastor Rick comparte los pasos que te ayudarán a avanzar hacia tu meta de ser transformado a la semejanza de Cristo.
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