Buenos MayordomosMuestra

“Un compromiso profundo”

La razón principal por la que debemos dar a Dios es realmente por nuestro propio bienestar. Nuestra dádiva demuestra que Él es el dueño de todo y que nosotros somos simplemente mayordomos. 

La dádiva debe ser una expresión material externa que proviene de un compromiso espiritual profundo. Es la muestra de un corazón dispuesto, obediente y lleno de gozo. Cuando damos, Dios se preocupa por nuestro corazón. Si damos con una actitud correcta y sincera para agradar a Dios y no por interés de recibir, Él nos bendice espiritual y físicamente.

Recordemos una vez más el ejemplo de la viuda quien dio todo lo que tenía y aunque fue poco en cantidad, resultó ser mucho porque dio de todo corazón y eso fue lo que Dios vio. Sea una ofrenda monetaria o sea que ofrendamos nuestro tiempo, talentos o esfuerzos, si nuestro motivo es dar por apariencia, vanagloria o para ganarnos el favor de Dios, no sirve de nada. Dios busca personas humildes y entregadas que hagan todo de corazón. Como dice en Colosenses 3:23, 24:

“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís."