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“El décimo”

Hay diferentes puntos de vista y opiniones sobre el diezmo y su relevancia en el Nuevo Testamento; pero hay una sola razón por la cual cada cristiano debe diezmar: es bíblico. La palabra diezmo significa literalmente décimo. El pagar diezmos ha sido una práctica desde antes de la ley mosaica.

La primera mención del diezmo en el Antiguo Testamento se encuentra en Génesis 14:20, cuando Abraham le dio a Melquisedec el diezmo de todo, es decir, una décima parte de todos sus despojos. Melquisedec era un “tipo” de Cristo en la Biblia (Hebreos 7). Diezmar ya existía unos 430 años antes de la ley, y después se convirtió en una obligación legal. 

Cuando Cristo vino, Él cumplió toda la ley mosaica y confirmó en el Nuevo Testamento que se debía diezmar. Si aquellos cristianos que argumentan que el pagar diezmos no es relevante en el Nuevo Testamento tan sólo lograran entender verdaderamente el gran sacrificio que Jesús hizo al dar Su vida por la humanidad perdida y que somos amonestados a dar sacrificialmente, entonces cambiarían su manera de pensar y darían el diez por ciento en diezmos.

Los diezmos se deben pagar en la iglesia (almacén) para la obra del ministerio y la propagación del evangelio. Esto ayuda a financiar los ministerios del evangelismo y las misiones, en la construcción de edificios para las iglesias, el mantenimiento y las reparaciones, hacer pagos, ayudar a los pobres, etc. Los diezmos no son pagados directamente a un pastor o dados a una caridad; se deben pagar en el almacén de Dios —la Iglesia de Dios.