Año nuevo, Nuevas misericordiasMuestra

La mejor teología no eliminará el misterio de tu vida, por lo que el descanso se encuentra en la confianza en Aquel que gobierna, es todo y no conoce ningún misterio.

Su voz tembló esa mañana cuando me dijo que volviera a casa tan rápido como pudiera. Mi esposa, Luella, es una mujer muy estable eocioalmente. Ella no es fácil de sacudir. Sabía que lo que enfrentábamos era serio porque la había sacudido. Estaba a unas seis horas de distancia; con mi asistente, hice el viaje nervioso a casa. 

Nicole, nuestra hija, comenzo tarde su camino a casa desde el trabajo la noche anterior, como había hecho muchas noches antes. Un automóvil conducido por un conductor ebrio y sin licencia apareció en la acera y aplastó a Nicole contra una pared. Tenía lesiones devastadoras, incluidas once roturas de la pelvis y hemorragias internas masivas. Cuando llegué al hospital y entré en la sala de cuidados intensivos, hice lo que haría cualquier padre con una gota de sangre paterna en él. Me caí en pedazos. Me arrastré hasta la cama de Nicole, no estaba segura de si ella podía escucharme y le dije: "Es papá, no estás sola, y Dios también está contigo". 

Cuando entré en esa habitación, fue como si todo el mundo se oscureciera. Mi corazón gritó: "¿Por qué, por qué, por qué?" Si pudiera elegir, no haría que ninguno de mis hijos pasara por algo así. Y si hubiera tenido que elegir a uno de mis hijos, no habría elegido a Nicole en ese momento de su vida; ella parecía tan vulnerable. En un instante, fuimos arrojados a un misterio que nos cambió la vida, y nuestros principios teológicos innegociables no eliminaron ese misterio. Nicole se recuperó bien, pero vivimos cuatro años de lucha.

Me aferré a la idea de que nuestras vidas no estaban fuera de control. Nos consolamos una y otra vez con el pensamiento de que cuando se trataba del accidente de Nicole, Dios no estaba sorprendido ni asustado. Ya ves, no hay misterio para Dios. Él nunca es tomado por sorpresa. Él nunca se pregunta cómo va a lidiar con lo inesperado. Me encantan las palabras de Daniel 2:22: "Él revela lo profundo y lo escondido, y sabe lo que se oculta en las sombras. En él habita la luz".

Dios está contigo en tus momentos de oscuridad porque Él nunca te abandonará. Pero tu oscuridad no es oscura para Él. Tus misterios no son misteriosos para Él. Tus sorpresas no le sorprenden. Él entiende todas las cosas que más te confunden. No solo tus misterios no son misteriosos para Él, sino que Él está completamente a cargo de todo lo que es misterioso para ti y para mí.

Recuerda hoy que hay Uno que mira lo que ves como oscuro y ve la luz. Y cuando recuerdes eso, recuerda también que Él es la definición definitiva de todo lo que es sabio, bueno, verdadero, amoroso y fiel. Él te sostiene a ti y a tus misterios en Sus manos graciosas, y como lo hace, puedes encontrar descanso incluso cuando la oscuridad del misterio ha entrado en tu puerta.