La ley de la gracia: la fe de RahabMuestra

Una mujer que sabía lo que hacía

Vemos en la historia de Rahab, como ella nos enseña a vivir una vida de éxito si tenemos fe en Dios, sin importar el oscuro pasado que podamos tener. Si Rahab viviendo en una época donde no había oportunidades pudo ser transformada por su fe, tú también puedes, sin importar todas las cosas que te limitan o el pasado, lograr romper esos patrones y cambiar el estilo de vida. 

Los espías en realidad fueron llevados por Dios a la casa de Rahab sin saberlo, Él los dirigía a la casa de la única persona que tenía fe en el Señor de Israel. No solamente Rahab necesitaba de ellos, sino también la necesitaban para afirmar su fe y salvarse. 

En los versos 2 y 3, del capítulo 2 del libro de Josué, dice: «Alguien avisó al rey de Jericó, que unos israelitas vinieron aquí esta noche para espiar la tierra, e inmediatamente, el rey de Jericó envío la orden a Rahab de sacar a los hombres que llegaron a su casa, porque habían llegado a espiar todo el territorio». 

Los habitantes de Jericó sabían que Israel tenía una promesa de recibir esa tierra. Dios prometió al pueblo de Israel, que sería libre y prometió una tierra, pero no creían que fuera realidad. 

El relato bíblico cuenta, que la mujer había tomado a los dos hombres y los había escondido, y cuando le preguntaron, ella respondió: «Sí, los hombres vinieron a mí, pero yo no sabía de dónde eran, y agregó, que ellos salieron al anochecer, asegurando no saber adónde fueron». Rahab utilizó su fe, para preservar la vida de los espías y despistar a aquellos que los perseguían. 

Después de dicho acontecimiento, Rahab dijo a los hombres: Yo sé que Dios les ha entregado a ustedes este territorio, y todos tenemos miedo, especialmente los gobernantes. También sabemos, que cuando salieron de Egipto, Dios secó el Mar de los Juncos para que ustedes pudieran cruzarlo. También sabemos que mataron a Sihón y a Og, los dos reyes amorreos del otro lado del Jordán.