La gran pasión de Dios por la unidadMuestra

Jesús oró por la unidad

Con la muerte llamando a su puerta, los pensamientos y las oraciones finales de Jesús se enfocaron en la unidad. De todas las cosas por las que él pudo haber orado, Jesús hizo de la unidad su gran prioridad. Este tema se repite continuamente en el Antiguo Testamento y se encuentra entretejido en la trama de la creación. La unidad agrada a Dios y debe ser una prioridad para nosotros tal como lo es para Cristo.

Desafortunadamente la palabra unidad se ha agotado por nuestros muchos intentos fallidos de abrazarla. Como resultado, hoy estamos divididos en muchas facciones: política, etnicidad, ética sexual y teología que nos mantienen aislados.

Pero es hora de demoler la tragedia de la fragmentación.

Para superar nuestra crisis de división se debe comenzar conociendo al Dios que es la fuente de toda unidad. La unidad dentro de la diversidad ya existe en su forma perfecta en la Trinidad. Por lo tanto, no podemos fabricarla, sino que estamos invitados a entrar en ella. Esto es exactamente lo que Jesús pidió cuando oraba “para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti…” (Juan 17:21). Esta es una petición valiente, radical y específica. Piénsalo. Lo que pedía Jesús, literalmente era que fuéramos tan unidos como la Trinidad.

¿Por qué clase de unidad oraba Jesús? No oraba por una serie de principios que comprometen la verdad. Esto no es unidad, sino conformidad. Jesús oraba pidiendo que su comunidad de creyentes fuera un grupo marcado por el mismo amor radical, sumisión, poder e impacto. Es por esa razón que Jesús conectó su oración por unidad con su llamado misional a todos los creyentes. Jesús dio continuidad a su oración por unidad con estas admirables palabras: “para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti,…para que el mundo crea que tú me has enviado” (Juan 17:21). Jesús vio con extrema claridad que su señorío sería declarado más claramente al mundo por medio de la unidad de su Iglesia. El está esperando que nosotros despertemos a esta verdad y nos volvamos el cuerpo unido para el cual fuimos diseñados. Al leer Juan 17 considera cómo podrías promover y proteger la unidad en tus esferas de influencia. 

¿Cómo podrías ser un embajador en favor de la unidad y transformarte en respuesta a la oración de Jesús?