Escuchando la voz de DiosMuestra

¿A quién eliges: a Jesús o a la televisión nocturna?

Lee el versículo de hoy.

La razón por la que la mayoría de las personas nunca escuchan a Dios hablar es que no disminuyen la velocidad lo suficiente como para dejar que Dios lo haga. ¡El ajetreo es la muerte de la oración! Tienes que desacelerar. Tienes que estar en silencio. Y tienes que esperar expectante.

El Salmo 37:7 dice: “Quédate quieto en la presencia del Señor, y espera con paciencia a que Él actúe” (NTV).

La única forma en que podrás hacer esto es si te levantas más temprano, lo que significa que tendrás que irte a la cama 30 minutos antes. Entonces, la decisión se reduce a esto: ¿Con quién quieres pasar el tiempo, con Jesús o Jimmy, Conan o el otro Jimmy? ¡Es tu elección! Porque tendrás que levantarte más temprano para así no tener prisa y poder pasar un tiempo y comenzar tu día con Dios.

No hay nada en la televisión nocturna que cambie tu vida. ¡Nada! Sin embargo, pasar esos 30 minutos de la mañana con Dios sí la cambiará.

Si te dijera que mañana a las 4 am la reina de Inglaterra, el presidente de los Estados Unidos y el Papa quieren reunirse contigo en privado, probablemente ni siquiera te irías a la cama esta noche. Te darías un baño, ¡probablemente te darías dos baños! Irías a buscar un peluquero o salón de belleza que estuviera abierto toda la noche, comprarías un traje nuevo y te pondrías elegante. Llegarías a la reunión 30 minutos antes.

¡El Creador del universo quiere reunirse contigo mañana por la mañana! Ni siquiera tienes que vestirte. Puedes estar en pijamas. Ni siquiera tienes que salir de tu casa. Pero tienes que planificar una cita. Eso significa que tienes que dejar de hacer algo para poder empezar a hacer lo que Dios quiere. Si te estás excediendo en tu vida, no eres tan brillante como crees. Tienes que decidir qué es más importante para ti: otros 30 minutos de televisión a altas horas de la noche o tiempo con Dios todas las mañanas.

Un día Dios te preguntará: "¿Cuál elegiste?".