Escuchando la voz de DiosMuestra

Escríbelo

Lee el versículo de hoy.

Si quieres escuchar a Dios hablar, necesitas retirarte a un lugar tranquilo, esperar pacientemente, pedirle que te dé una imagen de lo que Él quiere decirte, y luego escribe sus respuestas a tus preguntas.

En el libro de Habacuc, el Señor ordena al autor: "Escribe la visión, y haz que resalte claramente en las tablillas, para que pueda leerse de corrido" (Habacuc 2:2 NVI).


De esta forma fue como se hizo el libro de Habacuc. En el capítulo uno, Habacuc escribió todo lo que él le decía a Dios. Y en el capítulo dos, escribió lo que el Señor le respondió.

Así es también como se hizo el libro de Salmos; gracias al tiempo de calma de David. David meditó en los primeros cinco libros de la Biblia, la Torá, y luego escribió sus pensamientos, y ellos fueron llamados Salmos. En muchos de ellos, él comienza con lo que está sintiendo y luego termina con lo que Dios dice.

Si tu vida de oración está estancada en un surco, y tiendes a orar la misma cosa una y otra vez: "Dios, te encomiendo a esta persona" o "Bendice este alimento para la nutrición de nuestros cuerpos", aquí está lo que necesitas hacer: comenzar a escribir tus oraciones.

¿Qué? ¿Te refieres a que no tengo que decirlas? ¡Es correcto! Escribirlas en una oración. Dios puede escucharlas en tus pensamientos. Sólo escríbelas.

¿Está bien escribir una oración y luego leerla? Por supuesto que sí. Cuando estás escribiéndolas, estás orando. Cuando las estás leyendo, estás orando.

Esto se lo conoce como el hábito de llevar un diario espiritual, y es algo que todos los cristianos deberían entender y practicar.

Un diario no es un agenda. Un diario es acerca de las cosas que hiciste. Un registro acerca de las lecciones que has aprendido, lo errores que has cometido y lo qué has aprendido de ellos.