Peligrosamente influyenteMuestra
Tu influencia es poderosa
Tal vez crees que no tienes lo necesario para ser influyente para Dios, pero no es cierto. No necesitas tener seguidores, fama o dinero para hacer una diferencia. Solo comienza. La Biblia nos dice que al que es fiel en lo poco, mucho se le dará.
Así que comienza hoy día con lo que mañana hará un cambio. ¿Existen personas en tu familia que no conocen a Dios? Háblales sobre Él. ¿Hay personas en tu comunidad que necesitan ayuda? Ayúdalos. ¿Hay una necesidad en tu iglesia en la que puedes ayudar, ya sea sirviendo a los niños en el ministerio, o dando tu mesada para que alguien compre comestibles? Hazlo generosamente.
Jesús dijo que los mayores entre nosotros son los que sirven a los demás. Él nos dio el mejor ejemplo al lavar los pies de los discípulos. En ese tiempo, hubiera sido una señal de honor. Hubiera sido como si invitaras a Jesús a cenar a tu casa y que Él lavara todos los platos. Una locura, ¿no?
Asi que, la mejor manera de desencadenar tu influencia es sirviendo bien a otros. Hay una famosa historia en la Biblia sobre una mujer llamada María que dio todo lo que tenía para honrar a Jesús. Tenía un frasco de perfume valorado en el equivalente a un año de salario. Imagínalo, has trabajado duro durante un año, ahorraste el dinero. Puedes estar soñando con el nuevo celular que comprarías o con los nuevos zapatos de marca... pero María ahorró cada centavo como un sacrificio para Jesús.
Vació todo el frasco a sus pies para lavarlos, y los secó con su cabello. ¡Una generosidad extravagante! Su historia es mencionada en todo relato bíblico, en los cuatro Evangelios de la vida de Jesús. Su influencia creció porque dio mucho y sirvió mucho.
No servimos por fama o recompensas. Servimos para honrar a Dios. La mejor manera de empezar a convertirnos en la sal de la tierra es sirviendo como si nadie nos viera.
Tú eres lo suficientemente valiente como para impactar la eternidad. Tienes todo lo necesario para realizar los planes que Dios tiene para tu vida. Cada vez que oras o invitas a alguien a la iglesia, das algo al necesitado o sirves a alguien, te estás convirtiendo en sal y estás expandiendo las Buenas Noticias sobre Jesús.
Así es, tienes influencia. Tienes poder. Puedes mantener un movimiento que comenzó 2.000 años atrás cuando Jesús vino y liberó al mundo del pecado, vergüenza, y muerte. ¡Anda! No esperes a ser mayor. Comienza donde estás y usa tu influencia para cambiar tu colegio, iglesia, comunidad, y tu mundo.
Desafío: Ingéniate maneras en que puedas comenzar a usar tu influencia hoy día de modo que mañana puedan significar un cambio. ¿Le está sirviendo a alguien en la Iglesia? ¿Está logrando algo bueno para alguien en el colegio o en tu familia? Haz una lista de lo que puedes comenzar a hacer hoy pero no te atribuyas el mérito. Sirve secretamente a quienes te rodean para poner tu influencia en acción.
Acerca de este Plan
Las influencias nos rodean. Pero con tantas voces, ¿cómo elegir sabiamente a quién escuchar? Del mismo modo, estamos llamados a ser influyentes. ¿Pero por dónde empezamos? En este Plan bíblico de 5 días, aprenderemos lo peligrosamente influyente que puede ser el mundo, pero también cómo podemos llegar a serlo nosotros mismos.
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