7 etapas de duelo después de un aborto espontáneoMuestra

En 2 Samuel 12, Dios envió a Natán que enfrente al rey David por haber mandado a matar a Urías, esposo de Betsabé. David trató de protegerse de la consecuencia de su adulterio. Dios sabía que él tenía un corazón arrepentido por su pecado, pero debía tener una consecuencia que asegure que David no repetiría un pecado así. 

Dios permitió que el hijo pequeño de David y Betsabé se enfermara. Durante siete días, David ayunó y oró rogando a Dios que sane a su hijo. Al séptimo día, Dios se llevó al niño. 

Los sirvientes estaban temerosos de decirle al rey que su hijo había fallecido por lo afligido que había estado esos siete días anteriores a la muerte. Una vez que supo que Dios había tomado a su hijo, se levantó, se vistió y cuidó de sí mismo. Sus sirvientes estaban sorprendidos por este cambio repentino, entonces les dijo: “¿Puedo traerlo de vuelta? Iré a él, pero él no volverá”. 

David sabía que nunca volvería a ver a su precioso hijo mientras viviera en la tierra. Tenía confianza que se reuniría con él en el cielo. Pudiera haber dejado que su culpa lo comiera vivo destruyendo el resto de su vida y el trabajo que Dios tenía para él. Por supuesto que David estuvo triste y herido. Amaba a su hijo más que a sí mismo y este tipo de pena no desaparece de la noche a la mañana, pero no dejó que esto lo consumiera. 

David tenía todas las razones para sentirse culpable y avergonzado por la muerte de su hijo, pero no lo hizo. No permitió que su culpa se volviera una cadena pesada que lo hundiera el resto de su vida. Avanzó, superó la culpa con la ayuda de Dios.

Si estás luchando con la culpa en este momento, oro para que vayas a Dios por sanación. Nuestro enemigo quiere que te sientas hundido por la culpa, lo opuesto a lo que Dios quiere para ti. Él se preocupa por ti profundamente y es el Único que puede silenciar la culpa que el enemigo pone sobre ti ahora mismo. Hoy elije no dejar que la pena se convierta en una cadena que te envuelva por el resto de tu vida. Jesús ganó tu libertad en la cruz, no te permitas convertirte en esclavo de la culpa.

Canción de adoración:  La forma perfecta de comenzar por Craig Aven