7 etapas de duelo después de un aborto espontáneoMuestra

Cuando estaba embarazada del tercer bebé que perdí, mi doctor sabía desde el principio que nuestro bebé luchaba por sobrevivir. Durante una semana, mi esposo y yo no sabíamos si nuestro bebé viviría. Durante esa semana, oramos sin cesar. Nunca antes había rogado tanto a Dios por algo en mi vida como lo hice por ese bebé. Empecé a negociar con Dios, le ofrecí cosas radicales a cambio de quedarnos con él.

Sé que Dios escuchó nuestras oraciones, pero Su respuesta fue no, para que Su propósito pudiera ponerse en marcha. Verás, si Él me hubiese permitido tener los bebés que perdí, nunca hubiera escrito ni un Plan de lectura sobre la pérdida. Mi esposo y yo nunca le hubiéramos dicho que sí a la adopción de 3 hijos adolescentes de Haití.

En medio de mi dolor tras cada pérdida, no quería oír qué podría resultar de mi duelo. Quería a mi bebé devuelta y nada más me importaba.

Con el tiempo, mi corazón comenzó a ablandarse a lo que Dios trataba de enseñarme durante cada pérdida. El camino a la sanidad no fue fácil, pero Dios nunca me abandonó. Caminábamos juntos de la mano después de cada pérdida y en los días en los que no podía caminar, Él me alzaba. Dios quiere hacer lo mismo contigo si se lo permites.

En el Salmo 116, vemos al rey David en el fondo de la desesperación, abrumado por el miedo y la tristeza. Al derramar su corazón ante Dios, el rey David comenzó a recordar el carácter y la compasión de su Dios, lo que inmediatamente le trajo consuelo y confianza.

Sólo Dios es el responsable de crear cada vida humana que ha existido o existirá. Incluso si tu bebé nunca tuvo su primer aliento, él o ella fue único y hermosamente hecho por el Creador mismo. 

Cuando leí el versículo 15 de este pasaje, Dios me susurró Su verdad directo a mi corazón lastimado: Ni una sola vida humana termina sin que Él lo note porque se preocupa profundamente por cada una. La vida humana, ¡es preciosa para nuestro Padre! 

En tu llanto por el bebé que perdiste, espero que sepas que tu Padre celestial se da cuenta y se preocupa profundamente por tu dolor. No estás sola, Dios ha prometido que nunca te dejará. Puedes confiar en Él con todo tu corazón, Él quiere que le entregues todo el dolor y el llanto que llevas por dentro. 

Canción de adoración: De mi lado por Kim Walker-Smith