Perfil de una iglesia apostólica relevanteMuestra

Una iglesia con comunión y comunicación, afirmada en su propósito 

Según Hechos, capítulo 11 verso 22, existían canales de comunicación. No era una comunidad hermética o cerrada. Hacían conocer su labor, tenían comunicación con Antioquía y Jerusalén, era una iglesia autónoma en su proceder, pero no independiente de la vida del cuerpo. Como casas congregacionales, hay cosas muy concretas de las que Dios nos responsabiliza, pero no somos personas independientes o aisladas, con una actitud sectaria, a quienes no nos interesa lo que ocurre en la ciudad, o al resto del cuerpo de Cristo. Debemos interesarnos y mantener comunicaciones abiertas de ayudas recíprocas, con otros que nos pueden edificar. 

Comunión y comunicación

Antioquía mantiene la comunicación con otras congregaciones, también se valen de las gracias que son dadas por el Espíritu en otras expresiones del cuerpo. Si se cerraban a seguir orientación, hubieran impedido dos gracias: primero la de Bernabé, un varón enviado de Jerusalén, lleno del Espíritu Santo y fe. Bernabé fue clave, para que conecte con la segunda gracia que es la apostólica, porque trajo a Pablo. Imaginemos como esta iglesia fue enriquecida y dimensionada por estas dos gracias que recibieron. 

Necesitamos a los demás, porque a lo mejor poseen una gracia y un don de Cristo en la vida, lo cual, engrandecerá la mía. Eso fue aquello que recibió la iglesia de Antioquía con las dos gracias, (Bernabé y Saulo).

Afirmada en su propósito por la gracia de Dios

El verso 23 dice: «… exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor». Solamente un ministro de gracia, la puede identificar. Si hubiera venido Santiago o alguno de ellos, dirían cosas como «de esa manera no se puede cantar», y hubieran impuesto patrones y reglas. Hay personas, que cuando entran a un lugar, no lo hacen con un corazón lleno de gracia, sino de crítica. No vienen a ver la gracia de los santos, sino a ver en qué desgracia cayeron. 

Bernabé no vio como cantaban ni que instrumentos tenían, o que tecnología usaban, ¿qué vio? ¡La gracia! Lo importante, es identificar la gracia de Dios operando en cada uno de sus hijos. Si soy hijo, tengo su gracia. Soy expresión del Hijo quien está lleno de gracia y de verdad. 

Una iglesia apostólica relevante, es diferente en su proceder, porque lo que la identifica y sostiene, no son las reglas, el estilo de culto, o los patrones culturales. ¿Qué es aquello que ve? La gracia de Dios, porque sin ella, ningún ministerio podrá ser efectivo y los santos no serán edificados. La gracia de Dios, no es una doctrina que se enseña, sino una expresión de vida que se experimenta. Por la gracia operativa, el reino de Dios tiene su avance, y la obra del mismo, posee una edificación concreta.