Esperanza inconmovibleMuestra

Dios les da gracia a los humildes 

La historia de Bernie Madoff es una historia triste. Era adicto a la adulación… y el dinero era su manera de ganarse esos elogios. A lo largo de toda su vida se fue abriendo paso a la fuerza, trepando por su camino hasta la cima de la montaña… solo para descubrir que esa cima era resbalosa y ya estaba repleta de gente. 

Madoff fue el actor intelectual de una estafa que duró veinte años, el delito financiero mayor en la historia de los Estados Unidos. A los setenta y un años, fue sentenciado a pasar el resto de su vida como el prisionero número 61727-054 en un Complejo Correccional Federal. Las cosas habrían sido distintas si hubiera conocido esta promesa: «Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes» (1 Pedro 5:5).

La historia de Madoff es ejemplo de este pasaje. Pero si quieres ver una imagen más dramática aún de lo que es la caída del orgullo, lee la historia de Nabucodonosor. Este rey derrocó a Jerusalén en el año 605 aC. Entre los cautivos que se llevó estaban cuatro jóvenes: Daniel, Sadrac, Mesac y Abednego. Aquellos hombres eran modelo de los corazones humildes que Dios anhela, y por medio de sus vidas, Dios le dio oportunidades al rey Nabucodonosor de humillarse y disfrutar de sus bendiciones. 

En una ocasión, Sadrac, Mesac y Abednego se negaron a inclinarse ante una estatua para honrar al rey. Entonces fueron lanzados a un horno que se había calentado al séptuplo de su temperatura normal, pero salieron de él sin quemadura alguna (lee Daniel 3). El rey se quedó maravillado. Hasta alabó a Dios. Pero no se humilló ante Él. 

En otra ocasión, cuando el reino estaba disfrutando de su prosperidad, el rey tuvo otro sueño. Sus adivinos no lo pudieron explicar, pero Daniel sí pudo. Daniel escuchó el sueño y se sintió asombrado y atribulado ante lo que escuchó. ¡Nabucodonosor, el gobernante sin igual en el mundo entero, estaba a punto de perderlo todo! Nabucodonosor pensaba que él era el que mandaba. Pensaba que era él quien regía su mundo… tal vez al mundo entero. 

Dios le había enviado tres mensajes a Nabucodonosor; tres oportunidades de humillarse… pero cada vez se había negado a escuchar. Por último, tuvo que pasar siete largos años aprendiendo su lección. Finalmente, la entendió (lee Daniel 4:36–37).

¿Conoces alguna persona que sienta que es sabia ante sus propios ojos? Dios tiene unas fuertes palabras para referirse a esta situación: «El Señor aborrece a los arrogantes. Una cosa es segura: no quedarán impunes» (Proverbios 16:5). ¿Por qué un lenguaje de tanta firmeza? Porque el orgullo no solo impide la reconciliación con Dios, sino que también impide la reconciliación con los demás seres humanos. ¿Cuántos matrimonios se han derrumbado bajo el peso del orgullo? ¿Cuántas disculpas que nunca se han dado a causa de una falta de humildad? ¿Cuántas guerras han brotado de las semillas de la arrogancia?

El orgullo tiene un alto precio. No lo pagues. Es mejor que decidas aceptar la gracia que te ofrece Dios. Dios ama la humildad al mismo grado en que odia la arrogancia. ¿Y acaso no es fácil ver por qué? La humildad hace con alegría lo que el orgullo no está dispuesto a hacer. El corazón humilde reconoce con rapidez que necesita a Dios, está ansioso por confesar su pecado, y dispuesto a arrodillarse ante la mano poderosa del cielo. 

Dios les da gracia a los humildes, porque los humildes tienen hambre de esa gracia. En el bosque de la humidad se encuentra una libertad maravillosa. Por eso, lo mejor es que admitas tus fallos y disfrutes del día. La humidad crea alivio. Esto es salud, porque la humidad es sincera. «Glorifico al Rey del cielo, porque … es capaz de humillar a los soberbios» (Daniel 4:37); en cambio, a los que caminan en humildad, Dios los puede usar.

Tu respuesta 

¿Por qué un corazón humilde es un corazón fuerte? ¿Qué hace que una persona humilde sea eficaz y útil para Dios?

¿Qué te dice acerca de ti mismo tu anhelo de reconocimiento o de poder? ¿Qué papel desempeñan el arrepentimiento y la gracia de Dios en la derrota del orgullo?

¿Cómo les puede ofrecer gracia a las personas que comparten tu vida? ¿Por qué es clave el que tengas un corazón humilde para que les puedas ofrecer gracia a los demás?