Esperanza inconmovibleMuestra
Llevas el sello de la imagen de Dios
Hace algún tiempo, grabé un video con un mensaje para nuestra iglesia. Reclutamos el equipo técnico y nos fuimos en auto al Álamo. Escogimos un banco del parque que se encuentra frente al santuario de la libertad de Texas, instalamos los equipos y nos pusimos a trabajar.
Cuatro empleados manejaban la visión y el sonido con luces y cámaras. Yo me senté en el banco, tratando de recordar lo que había pensado. Debemos haber dado la idea de algo oficial. Los transeúntes comenzaron a detenerse. Algunos empezaron a fijarse. ¿Quién será ese hombre? ¿Qué estarán filmando?
Finalmente, la curiosidad de una mujer brotó en forma de la pregunta que me gritó a mí desde detrás del equipo de empleado. «¿Es usted alguien importante?»
Todas las almas de la tierra han hecho esa misma pregunta. ¿Soy yo alguien importante? Nos es fácil vernos como todo menos importantes cuando la corporación nos ve como un número, el novio nos trata como ganado, tu exesposa te agota las energías o la ancianidad te arrebata tu dignidad. ¿Alguien importante? Difícilmente. Pero cuando luches con esa pregunta, recuerda esta certeza que te da Dios: fuiste creado por Él, a su imagen y para su gloria.
Desde el principio mismo, la Biblia da por sentada la existencia de Dios. «Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra» (Génesis 1:1). El que haya alguien que pueda contemplar las maravillas del universo y decir que son una «coincidencia» es algo incomprensible para el razonamiento divino. Para los escritores de la Biblia, la creación es una evidencia a primera vista a favor de la existencia de Dios; un caso muy sencillo. Es eso lo que les quiso decir Pablo a los creyentes de Roma cuando les escribió diciendo: «Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó» (Romanos 1:20).
Todo lo que existe nos da evidencias a favor de la existencia de Dios. Lo intrincado de un copo de nieve, el rugido de una tormenta eléctrica, la precisión de la abeja, el burbujeo de una fresca corriente de montaña. Estos milagros y un millón más nos dan testimonio de la existencia de un Dios genial, sabio e incansable.
En Génesis 1:26 leemos acerca de una de las primeras promesas de Dios: «Y Dios … dijo: “Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio». Dentro de estas palabras se encuentra la más maravillosa de las promesas: Dios nos hizo para que reflejáramos su propia imagen. El Dios que puso orden en el universo, creó las tierras y los mares, y les dio vida a las aves y a los demás animales, dijo que su creación era buena. Sin embargo, solo después de haber creado a Adán y Eva en el sexto día, dijo que era muy buena.
Los cielos en lo alto reflejan la gloria de Dios, pero no fueron hechos a su imagen. En cambio, nosotros sí. Dios nos creó a nosotros para que fuéramos más semejantes a Él que todas las demás cosas que creó. Y cada uno de nosotros lleva en sí algunos de los atributos comunicables de Dios. La sabiduría. El amor. La gracia. La bondad. La añoranza de la eternidad. Llevamos las huellas dactilares del Divino Hacedor, porque fuimos hechos a su imagen y en su semejanza.
Tú fuiste concebido por Dios antes de ser concebido por tus padres. Fuiste amado en el cielo antes de ser conocido en la tierra. Dios no tiene malas ideas. Todo esto fue plan suyo. Y esta es su promesa.
Tu respuesta
¿Qué significa para ti el que hayas sido hecho a imagen de Dios? ¿Qué impacto causa esta promesa en tu manera de mirarte a ti mismo?
¿Qué te dice esta promesa acerca de la relación que Dios quiere tener contigo? ¿Qué te dice el que hayas sido hecho a imagen de Dios en cuanto a lo que vales?
¿A cuál de las personas que existen en tu vida necesitas reconocer como hecha a imagen de Dios? ¿Cómo puedes tratar mejor a esta persona por ser portadora de la imagen de Dios?
Escrituras
Acerca de este Plan
Este plan de lectura comprende cinco devociones diarias basadas en el libro Esperanza inconmovible, de Max Lucado . Durante este estudio vas a analizar las promesas clave de Dios que se encuentran en la Biblia, y aprender de qué forma esas promesas te ofrecen una esperanza inquebrantable para tu alma.
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Nos gustaría agradecer a Max Lucado y Grupo Nelson por brindar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.amazon.com/dp/1418598852/