Todo lleva al ahoraMuestra

Olvídate del temor, ¡por completo!

El temor pocas veces logra buenos resultados. Un escritor dijo: «El temor es el uso equivocado de la imaginación. Es esperar lo peor, y no lo mejor que puede suceder». En lugar de imaginar lo peor, piensa en lo que sucederá cuando Dios se manifieste. Sueña con el rescate, con lo que Él podrá hacer cuando su mano se vuelva visible. Esto no es prepararnos para ser desilusionados, sino hacer crecer nuestra fe por medio de ensayar milagros en nuestra mente como un niño se imagina el «y si...».

¿Y si el Dios que nos ha llevado tan lejos realmente tiene un plan, y ese plan es bueno? ¿Y si el mal no prevalece? ¿Qué tal si estar entre los egipcios y el mar es parte del plan de Dios? ¿Y si esto se trata de Él y no de mí? ¿Y si esta vez menospreciamos nuestras vidas hasta la muerte? ¿Y si Dios muestra su gloria para que todos sepan que Él es Dios?

¿Y si en lugar de ver hacia atrás con temor al ejército egipcio, el pueblo de Dios fuera inspirado por su propia historia y comenzara a enfocarse en cómo Dios los había guiado hasta ese momento? ¿Cómo podría el que había hecho tanto por ellos fallarles ahora?

Reflexionemos en lo que hemos establecido hasta ahora. La voluntad de Dios siempre:

• Tiene su poder.
• Cuenta con su provisión.
• Sucede en su tiempo.
• Requiere a Dios.
• Compagina con la Palabra de Dios.
• Necesita nuestra obediencia y fe.
• Honra a Dios.
• Siempre gana.

La historia de Dios y su pueblo es tan grandiosa que no puede terminar con: «Dios les falló y murieron. Fin». La historia es demasiado buena; dicho de otro modo, hay demasiado DIOS en ella para eso. Su plan tiene que prevalecer, o si no, tenemos problemas mayores que tener algunos cientos de carros y caballos en nuestra persecución: tendríamos un Dios que falla.

Lo mismo es cierto en tu caso. Dios está entretejiendo una historia de su poder en tu vida. Él no te va a fallar. El Señor tiene un porcentaje de bateo de 1.000 en la categoría de fidelidad. Contrario a las opiniones de los demás o tus propios temores, tú no estás a punto de ser su primer error. Como nos anima Chuck Swindoll: «Dios nunca ha perdido de vista una pista de aterrizaje a lo largo de siglos de atemorizante neblina».

Notas

1. Citado en James S. Hewett, ed., Illustrations Unlimited [Ilustraciones sin límites] (Carol Stream, IL: Tyndale, 1988), p. 205.

2. Chuck Swindoll, Growing Strong in the Seasons of Life [Fortalézcase en las estaciones de la vida] (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1983).