Encontrando descanso en un mundo atareadoMuestra

El versículo de Lucas que acabamos de leer dice que María escuchaba. En la cacofonía del mundo actual puede esto ser uno de nuestros mayores retos, escuchar de verdad. Siempre hay un sonido o una vibración que nos distrae de lo que importa. Las obligaciones son incesantes en sus exigencias. Son una gotera constante en nuestras almas hasta que nos secamos totalmente por dentro.

Cuando María dirigió su mirada a Jesús, todo lo demás se disipó. No sé de ti, pero yo, a menudo, voy a Él con un ojo en el reloj o en mi teléfono y luego, me pregunto por qué no lo escuché ese día. 

Escuchar incluye acercarse a Él. Escuchar incluye cerrar la puerta a las distracciones de tal forma que Él pueda llevar nuestros pensamientos y corazones cautivos. Escuchar involucra estar lo suficientemente quietos para escuchar el susurro de Dios.

Tenemos que elegir si preferimos la cacofonía o si elegimos cerrar la puerta a todo lo demás para escucharlo hablar. Él anhela que nos acerquemos de manera que lo podamos escuchar cuando susurra.

Inclínate

Señor, hay tantas cosas en mi día que claman a gritos mi atención. A veces, el bullicio es abrumador. Algunas veces, el ruido está dentro de mí, una mente desordenada ahoga Tu voz. Ayúdame a escuchar tus susurros. Te necesito, Oh te necesito. Amén.