La ley del reino: amar al prójimoMuestra
Amor al prójimo
Dios ordena que debemos amar al prójimo, y si lo ordena, entonces quiere decir que amor no es lo que hemos pensado que es amor; porque pensamos que amor es sentir maripositas, sentir algo bonito, tener un sentimiento interno. En la Escritura, en la Biblia, en la enseñanza de Dios, el amor no tiene nada que ver con sentimientos. Cuando Dios, a través del apóstol Pablo nos da la explicación de lo que es el amor, todo lo que Dios dice que es amor, no se describe con algo que tenga que ver con un sentimiento, se refiere al amor con acciones. El amor es sufrido, el amor no es jactancioso, el amor no tiene envidia, el amor no deja de ser; no hay nada que diga: el amor es algo bonito que sientes por allá adentro, no es el amor de Hollywood. Todo tiene que ver con acciones; por eso cuando Dios dice: ama a tu prójimo; no voy a decir: «déjame ver si pasa alguien y siento algo bonito, para comenzar a amarlo». ¡No! Es hacer algo por esa persona, hacer un bien a esa persona; dice: el amor todo lo espera, son acciones.
Entonces Jesús llegaba a las ciudades, y, ¿cómo demostraba el amor? ¿Besaba a todos? Les decía: ¡Los amo, amo esta ciudad, los amo tanto! ¿Los abrazaba, les empezaba a decir cuánto los amaba, les decía: les traje unos regalitos por amor? ¡No! Jesús demostraba su amor supliendo necesidades que tenían, les enseñaba, los sanaba, los alimentaba, los confortaba, hacia algo para suplir una carencia que tenían.
Pablo dice, déjense de tanto rollo, tanta cosa que no produce nada, pero el propósito del mandamiento es el amor, si verdaderamente vamos a hacer algo, entonces vamos a amar, el amor procede de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe no fingida. Pablo dice, no enseñen cosas raras, cosas que la gente no entiende, dedíquense a mostrar esta ley, la ley del amor. Olvídense de las genealogías, de dónde provienen, y si son los judíos los herederos, olvídense de esas cosas, olvídense de la teología que produce más divisiones, y si hay que bautizar en el agua que es caliente o en un río, si es en un lago o si solamente es un símbolo, olvídense de esas cosas y amen a la gente, el propósito del mandamiento es el amor. El amor procede de un corazón puro, una buena conciencia y una fe no fingida; podemos amar si tenemos esas tres características, en otras palabras el amor es el resultado de una fe verdadera, una conciencia no culpable, sin condenación y un corazón puro, lavado y purificado por la sangre de Jesús, por la obra de Cristo.
Acerca de este Plan
Es fácil amar a los que nos aman, es relativamente fácil amar a alguien que vemos que tiene una necesidad y que podemos ayudar en ese momento, pero, amar a nuestros enemigos, eso ya es demasiado. Eso va más allá de las leyes «normales» del «mundo normal» en el que vivimos, y es cierto, las leyes del reino no son naturales, son ¡sobrenaturales! Pero la ley del amor, es una ley del reino que los hijos de Dios necesitamos conocer y vivir.
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Queremos agradecer a Gerardo Cárdenas, pastor de la iglesia El Centro Cristiano Alfa y Omega en Houston y The Woodlands Center en The Woodlands, Texas, en acuerdo con El Centro Network por proporcionar este plan. Si desea saber más sobre estas organizaciones, visite http://www.enelcentro.org y http://www.elcentronetwork.com