Respuestas a la ansiedadMuestra

La respuesta a la ansiedad es estar espiritualmente alerta

Hay varias maneras en que se expresa la humildad en la vida espiritual de un creyente. Si eres humilde, estás espiritualmente atento. Cuando te encuentras en una situación estresante en la que te sientes tentado de tener miedo o ansiedad, es un momento en el que eres espiritualmente vulnerable. Satanás se aprovecha de las personas que están llenas de miedo, preocupación y ansiedad.

Pedro nos dice que estemos alerta, que estemos atentos, porque viene un ataque. Hay una invitación que viene del enemigo, y siempre suena algo como: «No le creas a Dios. No confíes en él. Toma el asunto en tus propias manos». El enfoque pecaminoso de la ansiedad es tratar de aliviar tus propios miedos, aliviar las presiones a tu manera, en contradicción a la Palabra de Dios. Resistes la tentación manteniéndote firme en tu confianza en Dios.

Otra parte importante de la humildad durante los momentos de ansiedad es reconocer y practicar tu conexión espiritual con otros creyentes. Cuando sientes la tentación de tener miedo y preocuparte, debes detenerte y reconocer que no estás solo. Formas parte del cuerpo de Cristo.

Satanás quiere que creas que tu situación es un caso especial, que nadie puede comprenderte o que nunca ha estado donde estás ahora. 

Justo en el medio de decirnos que seamos firmes en nuestra fe, Pedro nos dice que su familia en Cristo experimenta este tipo de sufrimiento en todo el mundo. Es un pensamiento orgulloso pensar que eres el único que se ha enfrentado a lo que te preocupa. Tú no eres el primero en caminar a través de esa situación. No estás solo.

Se compara a Satanás con un león rugiente que separa a su presa de la manada para que dejarlos débiles y solos. Estar separado de hermanos y hermanas en Cristo, es un lugar peligroso.

Las palabras de Pablo a la iglesia de Corinto nos recuerdan que cuando somos presa de la tentación no es porque fue demasiado fuerte para nosotros, sino porque no confiamos en Él. Caminamos con orgullo, y esta es la razón por la que caemos.

A menudo, alguien que atraviesa un momento difícil dice algo como: «Simplemente no tengo ganas de estar en la iglesia hoy. No quiero estar cerca de otras personas ni responder preguntas. Solo quiero trabajar en esto por mi cuenta». Proverbios 18: 1 nos dice que este es un curso de acción sin sentido. No estás solo, necesitas a la familia de Dios.