No te rindasMuestra

Día 3—Perseverando por otros

Pablo conocía muy bien las dificultades. Experimentó prisión, azotes, naufragio, hambre, cansancio, y mucho más por la causa de Cristo. Sin embargo, a través de todo, perseveró. Siguió avanzando. Pero no fue sólo por Cristo—lo hizo por otras personas.

“Sí, vivimos en constante peligro de muerte porque servimos a Jesús, para que la vida de Jesús sea evidente en nuestros cuerpos moribundos. Así que vivimos de cara a la muerte, pero esto ha dado como resultado vida eterna para ustedes. .”

Pablo sabía que soportar las dificultades creaba la oportunidad de glorificar a Cristo, lo cual resultaba en la salvación de muchos. Lo mismo ocurre contigo y con tu forma de vivir la vida. Cuando perseveras en tiempos difíciles, aferrándote a lo que es verdadero y noble, la gente se da cuenta. Cuando ven cómo te desenvuelves en los tiempos oscuros, quieren saber más.

Mi hermano menor demostró esto de manera notable en una época muy difícil de su vida. Cuando tenía poco más de veinte años, él y su novia tuvieron sexo fuera del matrimonio. El resultado fue un embarazo, del cual se enteraron el día antes de que él le propusiera matrimonio. Habían cometido un error, pero no tenían ni idea de lo que iba a pasar.

Poco después de que él y su novia se enteraran del embarazo, ella rompió con él, y no volvió a verla hasta después del nacimiento de su hija. Fue una temporada de increíble angustia para mi hermano. No sólo perdió a la mujer que amaba, sino que también se perdió la experiencia de la venida al mundo de su hija.

Lo que es verdaderamente notable es cómo atravesó esa época con tanta fe y obediencia. Recorrió un camino de restauración a consecuencia de su pecado, pero también encontró intimidad y sanidad con el Padre. La gente que lo conocía—algunos no creyentes —se dio cuenta de su perseverancia en la tormenta, y todo apuntaba a Dios. Sus dificultades produjeron gloria a Dios en formas hermosas. También estoy feliz de comunicar que Dios redimió esa relación, ¡y ahora están casados y tienen dos hijos!

Comparto esto porque todos tenemos momentos en los que queremos rendirnos por el cansancio y desánimo. Pero no podemos. Tenemos que seguir adelante, por muy dura que sea la temporada. Resistir te beneficiará enormemente, pero también ministrará a otros. Tu perseverancia tiene la capacidad de llevar a la gente hacia Cristo, ¡lo que lleva a vidas transformadas!