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Creados para la Comunidad

No fuimos creados para pasar por la vida solos. Dios miró a lo que creó y dijo “es bueno”, con una sola excepción: no era bueno en absoluto que el hombre esté solo. Así que Dios hizo a alguien con quién podría “compartir la vida”. Después, en el primer grupo pequeño de la historia, Dios mismo caminó en el jardín con el hombre y su esposa. Vez tras vez en la Biblia, Dios enfatiza que Él nos diseñó para amar y apoyarnos mutuamente. Se nos manda a vivir en comunidad con otros seguidores de Cristo.

Cuando yo vivía en Boston, un pastor compartió una historia sobre sus buenos amigos que se habían mudado a California. Una noche el pastor y su esposa fueron despertados a las tres de la madrugada por una llamada urgente de unos amigos pidiendo oración. Fuertes incendios forestales amenazaban su hogar y comunidad. Desde su ventana, podían ver el resplandor de miles de acres en llamas que avanzaban rápidamente mientras ellos se apresuraban para evacuar su casa. El pastor y su esposa se levantaron de su cama y se arrodillaron en el piso frío y oraron insistentemente durante una hora por la protección de sus amigos, su hogar y todos en el área.

Al final, aunque el incendio consumió miles de acres y varios vecindarios, la comunidad – y la casa de sus amigos – quedaron intactas. 

Este amigo llamó después al pastor y le agradeció profundamente por ser un amigo verdadero. El pastor le respondió: “No, gracias a ti. Tú eres el que fue el verdadero amigo. Tú estimaste nuestra amistad lo suficiente como para estar dispuesto a despertarnos en la mitad de la noche para pedir nuestras oraciones. Fueron tan buenos amigos que estuvieron dispuestos a ‘causarnos molestias’.” 

Nuestras vidas pueden ser consumidas por incendios – luchas familiares, tener demasiadas cosas entre manos, dificultades al manejar a nuestros hijos o carreras, problemas de salud y presiones financieras. Podemos ver los incendios en el horizonte, avanzando hacia nosotros, y se nos contrae el pecho mientras la vida viene hacia nosotros a toda prisa. Pero Dios ha creado una comunidad a la cual podemos recurrir – aún en la mitad de la noche. ¿Estás dispuesta a incomodar a una hermana creyente con el fin de vivir en una comunidad auténtica? Esto es lo que Dios ha diseñado para ti. Y tu disposición para hacerlo será una bendición para ambas. 

Crea relaciones que dan vida