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Ámala 

Uno de los pasajes más largos y más importantes sobre el matrimonio en el Nuevo Testamento, se encuentra en Efesios 5. La nota más llamativa en este pasaje, es la llamada enfática a los esposos a amar a sus esposas.

Tres veces se realiza la solicitud:

• Ámala, (Efesios 5:25).
• Ámala, (Efesios 5:28).
• Ámala, (Efesios 5:33).

Claramente, que los maridos amen a sus esposas, le importa mucho a Dios. Cada esposo será responsable ante Dios por amar a su esposa. A los ojos de Dios, es una tragedia cuando una mujer está casada con un hombre y no es amada por él. No debería ser. En la niñez, casi todas las mujeres soñaban con un caballero que le pedía matrimonio y la amaba con devoción por el resto de su vida.

Cuando una mujer se casa, sin embargo, no suele ser amada y se siente sola, es triste y grave a los ojos de nuestro Dios.

Pero ¿por qué Dios no les dice a las esposas, que amen a sus maridos? ¿No deberían las esposas amar a sus maridos también? Por supuesto, deberían hacerlo, pero sospecho que la mayoría de las esposas, de manera natural amarán a sus maridos.

Por lo general, una esposa ama de forma natural y entusiasta a su esposo a menos que no se haya sentido amada por él durante mucho tiempo que el amor dentro de ella se haya marchitado y haya muerto.

Cuando Dios llama a un esposo a amar a su esposa, él proporciona un modelo en la forma en que Cristo amó a su novia, la iglesia. «Maridos, amen a sus esposas, como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para que él la santifique, limpiándola con el lavamiento del agua con la palabra, para que él presente la iglesia a sí mismo con esplendor, sin mancha ni arruga, para que ella sea santa y sin mancha», (Efesios 5: 25-27).

Deben notarse dos cosas sobre el amor de un esposo:

1. Si Cristo es el ejemplo para los esposos (y él lo es), entonces el amor de un esposo es un amor sacrificial. Un esposo debe estar dispuesto a morir por su esposa y vivir para ella. Él se sacrifica por ella. Él pone sus sentimientos, sus necesidades y sus intereses por delante de los suyos. Este tipo de amor es tan poderoso como raro. Cada esposa responderá a eso.
2. Así como el amor de Cristo resulta en una iglesia radiante, el amor de un esposo conduce a una novia radiante. Cuando una esposa se siente profundamente amada por su esposo, ella florecerá y prosperará. Ella no será aplastada o sofocada, retenida o frustrada. Ella cobrará vida y se convertirá en la mujer que Dios diseñó para ser. En gran medida, puedes mirar la cara de una esposa y contar cómo su marido la ama, ¿está radiante? ¿Ella prospera? ¿Está más segura y confiada por el amor de su esposo? ¿Han florecido sus dones? ¿Está más cerca de Dios? ¿Ella es más la persona que Dios diseñó que fuese?

Maridos, Dios ha puesto dentro de ustedes todo lo que necesitan para amar a sus esposas. Ama a tu esposa con todo lo que tienes. Ámala de la manera en que Cristo nos amó: sacrificialmente, desinteresadamente, fervientemente y con devoción.

No te arrepentirás.