Somos Mayordomos Muestra

Cuidado con la avaricia

Quiero que veas, cómo Dios ve las finanzas. Unos hermanos que peleaban por la herencia que les dejaron sus padres, decidieron ir a ver a Jesús para que les resolviera el dilema. Jesús les advirtió que se cuidaran de la avaricia, pues la vida del hombre no consiste en cuanto posee. Jesús les contó la parábola del hombre rico, un hombre que tenía tanto que no sabía dónde iba a guardar todo lo que había producido. Quizás la gente pensaba que este hombre lo tenía todo resuelto, pues tenía todo. Sin embargo, él estaba preocupado porque no sabía dónde guardar tanto. El hombre pensó en derribar sus graneros y construir graneros más grandes. Se dijo a sí mismo, «No te preocupes, lo tienes todo, ¡regocíjate!» Muchos de nosotros pasamos la vida queriendo graneros más grandes. No estamos satisfechos con lo que tenemos y queremos más y más. Él se creyó eterno. Él no sabía que los bienes y sus graneros más grandes iban a quedar en manos de alguien más, mucho antes de lo que él pensaba. Dios aterrizó su aparente realidad, pues esa misma noche venían a pedir su alma. 

Si tienes a Jesús en tu corazón eres eterno, pero tienes que entender, que este período de nuestra vida eterna aquí en la Tierra, es muy corto. Nos concentramos mucho en este corto tiempo de la eternidad, nos enfocamos en todo lo incorrecto, y no entendemos que nuestro verdadero destino es vivir con Dios por la eternidad. Tu granero nuevo: tu carro lujoso, tu mansión al lado del campo de golf, tu avión privado, tu herramienta para trabajar, tu camioneta nueva que no dejas que nadie más maneje, ¿para quién va a ser?

Hay dos tipos de personas, el que hace riquezas para él mismo, y el que hace riquezas para Dios. ¿Qué tipo de persona quieres ser tú? ¿Está Dios en tus planes financieros realmente? Te levantas cada mañana pensando, ¿cuánto voy a hacer hoy, para dar más? O, ¿te levantas quejándote, porque no tienes para pagar la renta? Hay una gran diferencia. ¿Qué prefieres decir al levantarte? «¿Cómo voy a hacer, para realizar todos los pagos este mes?» O, «Padre, ¿cómo puedo hacer más para ti?» ¿Cuál prefieres ser tú? Es una respuesta personal. Quizás, eres como este hombre de la parábola que dice, «¡no sé qué hacer con tanto!» Conozco a un hombre que tiene cincuenta carros Ferrari, y tres mansiones en la misma ciudad. ¿Cuándo va a poder manejar todos los autos? ¿Para qué quiere tantas casas? Si tú le permites a Dios, cambiar tu perspectiva de todo lo que tienes, Él cambiará completamente tu mundo.