Llenos de las riquezas en CristoMuestra
Nos eligió por gracia, en su gran misericordia
En cuarto lugar, consideremos el recurso de la doxología. La base del fundamento radica en la frase: «su gran misericordia». El arrepentimiento y la fe, son solo efectos del llamamiento eficaz, que a su vez, es una consecuencia y no la causa de la elección. Dios nos elige «por su propia determinación y gracia». Por tanto, así como Dios no eligió a nadie porque de antemano vio que se arrepentiría y creería en el evangelio, tampoco regenera a nadie, porque el regenerado tenga algún mérito, sino que lo hace únicamente por su propia buena voluntad.
Su abundante misericordia, se contrasta aquí con nuestros abundantes deméritos. Solo en la medida, en que estemos conscientes de nuestras faltas, tendremos el deseo de alabarlo por sus misericordias. Si la misericordia de Dios nos hubiese fallado, ningún otro atributo podría habernos ayudado. Con base en lo que somos como naturaleza pecadora, solo la justicia puede condenarnos, la santidad airarse, el poder aplastarnos, la verdad confirmar las amenazas de la ley y la ira, caer sobre nosotros.
Es en la misericordia de Dios, donde comienzan todas nuestras esperanzas. El miserable, necesita misericordia, y aún más, el pecador. La miseria y el pecado van íntimamente unidos en la humanidad, y la misericordia ejecuta aquí la más noble de sus obras.
Hasta ahora, hemos recibido abundante gracia; hemos girado grandes sumas de la cuenta de Dios, y de su plenitud hemos recibido todos, gracia sobre gracia. Su misericordia es tan grande, como sus otros atributos: Es misericordia divina, ¡misericordia infinita! Primero hay que medir la Divinidad para poder calcular su misericordia. Y si es infinita, bien se la puede llamar «abundante». Siempre será abundante, porque, todo lo que se pueda extraer de ella, no será, sino como una gota de agua, comparada con el mar. La misericordia, que se ocupa de nosotros, no es misericordia de hombre, sino de Dios, y por tanto, misericordia infinita.
Concluir que Dios es demasiado misericordioso, para condenar eternamente a una persona, es una mentira con la cual el enemigo engaña a multitudes. La misericordia perdonadora, solamente se puede obtener mediante la fe en la sangre expiatoria del Salvador. La condenación divina es inescapable para quien rechace a Cristo.
En esta hora allí donde estás, adora al Padre de nuestro Señor Jesucristo, por su maravillosa misericordia hacia ti y todos quienes hemos creído en Cristo. Disfruta de las abundantes riquezas de Cristo. Ya las tienes.
Escrituras
Acerca de este Plan
Definitivamente las riquezas escondidas en esta oración apostólica, son un extraordinario ingrediente, para sustentar la base y práctica de nuestra comunión con Dios. Ellas nos llevan a experimentar un nivel de fe y clamor nunca antes disfrutado, que la capacidad que Dios nos da para aprender estas verdades y nuestra decisión de aprehender sus enseñanzas, se conviertan en nuestra decisión de emprender cambios sustanciales en nuestro llamamiento celestial.
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Nos gustaría agradecer a Basilio Patiño en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.redrema.org www.elcentronetwork.com