Profecía Y PromesaMuestra

Arrepiéntase y vuelva ahora Cuando el Titanic chocó contra el iceberg, no se hundió de inmediato. Al comienzo, la gente siguió comiendo, bebiendo y bailando en esa nave condenada al desastre. Muchos estaban dormidos en el momento de la colisión. La mayoría no podía creer los primeros informes del desastre que se avecinaba: “¡Nos dijeron que este barco no se puede hundir!” El Señor nos advierte de la terrible destrucción que sobrevendrá el día del juicio, no porque nos aborrezca, sino porque el universo está condenado a la destrucción, se está pudriendo y cayendo. El Señor también está finalizando los planes para un mundo completamente nuevo, y tiene un gran deseo paternal de llevarnos a todos a ese mundo nuevo. Pero lo primero es nuestra mente y nuestro corazón. Es urgente que reconozcamos la razón que Dios tiene para el juicio, y aceptemos la responsabilidad por la parte que tenemos en él. El profeta Joel dijo: “Rasgad vuestro corazón y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová, vuestro Dios; porque es misericordioso y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia” (Joel 2:13). Los corazones arrepentidos reciben con alegría la gracia y la misericordia de su Salvador Jesús. Los corazones arrepentidos no solo son librados de la ira de Dios, sino que también reciben maravillosas promesas. ¿Está interesado en conocer las maravillas que Dios va a hacer? Siga leyendo.Arrepiéntase y vuelva ahora Cuando el Titanic chocó contra el iceberg, no se hundió de inmediato. Al comienzo, la gente siguió comiendo, bebiendo y bailando en esa nave condenada al desastre. Muchos estaban dormidos en el momento de la colisión. La mayoría no podía creer los primeros informes del desastre que se avecinaba: “¡Nos dijeron que este barco no se puede hundir!” El Señor nos advierte de la terrible destrucción que sobrevendrá el día del juicio, no porque nos aborrezca, sino porque el universo está condenado a la destrucción, se está pudriendo y cayendo. El Señor también está finalizando los planes para un mundo completamente nuevo, y tiene un gran deseo paternal de llevarnos a todos a ese mundo nuevo. Pero lo primero es nuestra mente y nuestro corazón. Es urgente que reconozcamos la razón que Dios tiene para el juicio, y aceptemos la responsabilidad por la parte que tenemos en él. El profeta Joel dijo: “Rasgad vuestro corazón y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová, vuestro Dios; porque es misericordioso y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia” (Joel 2:13). Los corazones arrepentidos reciben con alegría la gracia y la misericordia de su Salvador Jesús. Los corazones arrepentidos no solo son librados de la ira de Dios, sino que también reciben maravillosas promesas. ¿Está interesado en conocer las maravillas que Dios va a hacer? Siga leyendo.