Profecía Y PromesaMuestra

Dios puso sobre Jesús el pecado de todos nosotros Todo lo que usted ha aprendido sobre la justicia bien administrada es que los que tienen autoridad deben castigar a los culpables y dejar en libertad a los inocentes. No nos gusta escuchar historias de personas que han sido injustamente encarceladas, y mucho menos nos gusta cuando un criminal evidentemente culpable queda en libertad. Y, sin embargo, eso fue exactamente lo que Dios hizo para rescatarlo a usted. Nadie se hubiera imaginado este secreto maravilloso si Dios no lo hubiera revelado, porque parece que no tiene sentido. Pero es la verdad, y es su única oportunidad. En el tribunal de Dios, el inocente Dios / hombre, Jesucristo, fue condenado y ejecutado; las partes evidentemente culpables, también conocidas como usted y yo, somos perdonados incondicionalmente. Así es en verdad. En serio. Nadie expresó esta buena noticia inesperada y estremecedora mejor que el profeta Isaías: “Por darnos la paz, cayó sobre él el castigo, y por sus llagas fuimos nosotros curados. . . . Jehová cargó en él” (Isaías 53:5,6). ¿Ha encontrado la completa paz de mente y de alma que viene cuando desaparece el temor al castigo de Dios?Dios puso sobre Jesús el pecado de todos nosotros Todo lo que usted ha aprendido sobre la justicia bien administrada es que los que tienen autoridad deben castigar a los culpables y dejar en libertad a los inocentes. No nos gusta escuchar historias de personas que han sido injustamente encarceladas, y mucho menos nos gusta cuando un criminal evidentemente culpable queda en libertad. Y, sin embargo, eso fue exactamente lo que Dios hizo para rescatarlo a usted. Nadie se hubiera imaginado este secreto maravilloso si Dios no lo hubiera revelado, porque parece que no tiene sentido. Pero es la verdad, y es su única oportunidad. En el tribunal de Dios, el inocente Dios / hombre, Jesucristo, fue condenado y ejecutado; las partes evidentemente culpables, también conocidas como usted y yo, somos perdonados incondicionalmente. Así es en verdad. En serio. Nadie expresó esta buena noticia inesperada y estremecedora mejor que el profeta Isaías: “Por darnos la paz, cayó sobre él el castigo, y por sus llagas fuimos nosotros curados. . . . Jehová cargó en él” (Isaías 53:5,6). ¿Ha encontrado la completa paz de mente y de alma que viene cuando desaparece el temor al castigo de Dios?