Encontrando su camino financieroMuestra

Jesús solo satisface nuestras almas.

Todos hemos escuchado la frase, "escalar la escalera del éxito". Tal vez estás escalando la escalera corporativa en busca de la próxima gran promoción. Tal vez estás escalando una escalera social, ansioso por obtener la aprobación de la multitud de "eso". Todos podemos relacionarnos con lo que se siente esforzarse hacia un objetivo. ¿Pero qué sucede cuando no hay otro lugar donde escalar?

Zaqueo era un hombre que había alcanzado el pináculo de su carrera. Era el principal recaudador de impuestos, y como tal, tenía riqueza y poder. Parecería que Zaqueo lo tenía todo, pero no era feliz. Entonces, cuando Jesús, un hombre al que se rumoreaba que curaba personas y cambiaba corazones, llegó a la ciudad natal de Zaqueo, Zaqueo estaba tan ansioso de verlo que se trepó a un árbol.

Jesús, al ver el afán de Zaqueo, lo llamó desde el árbol y se fue a su casa. Allí, la vida de Zaqueo cambió. Cuando Zaqueo se encontró con Jesús, finalmente entendió que fue Jesús, no el dinero, quien lo salvó. Fue Jesús, no el dinero, lo que lo satisfizo. Fue Jesús, no el dinero, lo que le traería verdadero éxito.

Cuando nos rendimos a Jesús como nuestro salvador, nuestros corazones no son las únicas cosas que han cambiado. El cambio de corazón se filtra en cada área de nuestras vidas, incluso en nuestras finanzas, cuando comenzamos a buscar a Jesús en lugar de buscar la siguiente mejor opción.

Piensa:
1. ¿A quién imaginas cuando piensas en alguien que "lo tiene todo"? ¿Qué admiras de esa persona?
2. ¿Ha cambiado tu definición de "tenerlo todo" desde que conociste a Jesús? ¿Por qué o por qué no?
3. ¿Qué harías por Dios si el dinero no fuera un problema? ¿Qué paso puedes dar hoy para ser obediente a lo que Dios te ha llamado a hacer?

Ora:
Jesús, perdóname por haber tenido la tentación de pensar que más cosas me harían feliz. ¡Solo tú eres lo que satisface mi alma!