Después de esto, Dios se le apareció a Abram en una visión, y le dijo: —Abram, no tengas miedo. Yo soy quien te protege. Voy a darte muchas riquezas. Abram le contestó: —¡Dios y Rey mío! ¿Y para qué me vas a dar riquezas si no tengo hijos? Cuando me muera, ese extranjero que tengo por esclavo va a quedarse con todo lo que es mío. Pero Dios le aseguró: —Tu heredero será un hijo tuyo, y no tu esclavo Eliézer. Luego lo llevó afuera y le dijo: —Mira el cielo y sus muchas estrellas. ¿Verdad que no puedes contarlas? ¡Pues tampoco será posible contar a tus descendientes! Abram confió en la promesa de Dios, y por eso Dios lo aceptó y le dijo: —Yo soy tu Dios, y tú eres mío porque confías en mí. Yo te saqué de Ur de los caldeos, para entregarte esta tierra. Abram le respondió
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La serie Dios Provee ofrece un espléndido viaje a través de cortometrajes que nos muestran sabiduría, verdad, aliento y pasos prácticos para profundizar una relación de confianza en Dios. En este video, verá contrastes entre las decisiones sabias de Abram y las decisiones insensatas de Lot que brindan lecciones valiosas de : contentamiento con menos versus querer más; amar a la gente versus amar las cosas; y dar versus recibir.
La serie Dios Provee ofrece un espléndido viaje a través de cortometrajes que nos muestran sabiduría, verdad, aliento y pasos prácticos para profundizar una relación de confianza con Dios. En esta sesión, se destaca la verdadera historia de Abraham e Isaac, su hijo. Dios usó esta prueba de obediencia para ver si Abraham confiaba en Él completamente o no y si haría todo lo necesario para que Dios lo usara.
Todo lo que nos rodea es arte y expresa algo de su autor. Atrévete a hacer esa pausa para observar el detalle de las obras que te rodean. A veces no la llegamos a apreciar o deseamos omitirla porque a simple vista no es de nuestro agradado, pero vaya que al darle su momento nos damos cuenta de lo profunda que puede ser y el valor que revela.
Una de las cosas que Dios nos ha dado a las mujeres es fortaleza. Por algo Dios nos dio el privilegio de ser madres, pasar por todos los malestares durante cuarenta semanas, para luego ver esa criatura en nuestros brazos; pero hay momentos donde esa fortaleza se acaba cuando esperamos un milagro. Este devocional es para animarte, porque aunque tus fuerzas se acaben, Cristo te fortalecerá para ver tu milagro.
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