Luego ella regresó a su casa, se quitó el velo y se puso la ropa de viuda como de costumbre. Más tarde Judá le pidió a su amigo Hira el adulamita que llevara el cabrito a la mujer y recogiera las cosas que le había dejado como garantía, pero Hira no pudo encontrarla. Entonces preguntó a los hombres de ese lugar: —¿Dónde puedo encontrar a la prostituta del templo local que se sentaba junto al camino, a la entrada de Enaim? —Nunca hemos tenido una prostituta del templo aquí —contestaron ellos. Entonces Hira regresó a donde estaba Judá y le dijo: —No pude encontrarla por ninguna parte, y los hombres de la aldea afirman que nunca ha habido una prostituta del templo pagano en ese lugar. —Entonces deja que se quede con las cosas que le di —dijo Judá—. Envié el cabrito, tal como acordamos, pero tú no pudiste encontrarla. Si regresamos a buscarla, seremos el hazmerreír del pueblo.
Leer Génesis 38
Escuchar Génesis 38
Compartir
Comparar todas las versiones: Génesis 38:19-23
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos