Los ciegos reciben la vista

¡Bienvenido al Día 2 de este devocional! Ayer, vimos a Juan el Bautista cuestionar a Jesús cuando sus expectativas no se alineaban con la realidad. Jesús respondió señalando Sus acciones, animando a Juan a sacar sus propias conclusiones. Hoy, te invitamos a hacer lo mismo: examina lo que Jesús hizo y considera por qué es importante.

Recuerda, aquí está cómo puedes estructurar tu tiempo haciendo el plan juntos:

1. Lee: Túrnate leyendo los pasajes con un amigo o por tu cuenta.
2. Relata: Resume la historia en tus propias palabras, recordando los detalles.
3. Reflexiona: Comparte lo que te llamó la atención. ¿Qué ideas ofrecen estas historias sobre Jesús y las personas involucradas?
4. Relaciona: Discute cómo estas historias podrían conectarse a tu vida o desafiar tus percepciones. Usa las Preguntas de Reflexión para incitar tu discusión

Nuestra historia comienza con Jesús sanando a un hombre nacido ciego, un acto increíble que provocó un alboroto entre las autoridades religiosas. En la tradición judía, el sábado era un día sagrado de descanso, durante el cual no se debía hacer ningún trabajo, según las leyes del Antiguo Testamento. Los fariseos, intérpretes estrictos de estas leyes, veían sanar en sábado como una violación y consideraban a Jesús un transgresor de la ley, cuestionando Su afirmación de ser enviado por Dios. Mientras interrogaban al hombre que había sido sanado, su frustración creció, incapaces de reconciliar el acto milagroso de Jesús con su rígida interpretación de la ley. Sin embargo, el hombre, ahora capaz de ver, se mantuvo firme en su testimonio, declarando audazmente que Jesús le había devuelto la vista.

Esta historia destaca un choque de perspectivas. Los fariseos ven la ceguera del hombre como un castigo por el pecado, ya sea suyo o de sus padres y ven su sanación como una contradicción de sus creencias rígidas sobre Dios. Pero Jesús desafía esto, declarando que la condición del hombre es una oportunidad para revelar el poder y la compasión de Dios. En lugar de condenar al hombre como pecador, Jesús restaura su dignidad, ofreciéndole sanación y amor.

Cuando Jesús pregunta, “¿Crees en el Hijo del Hombre?”, el hombre sanado lo reconoce como Señor y lo adora. El título “Hijo del Hombre” se refiere al Mesías, profetizado para revelar la verdad y la justicia de Dios. A través de este encuentro, el hombre experimenta tanto una transformación física como espiritual.

Los fariseos, sin embargo, resisten la verdad. La sanación desafía su autoridad y su rígido entendimiento de Dios. Jesús aprovecha este momento para exponer su ceguera espiritual, contrastando su obstinación con la apertura del hombre que ahora ve.

Preguntas de Reflexión

1. ¿Qué te llama la atención en el contraste entre las acciones de Jesús y lo que los líderes religiosos esperaban de Él?
2. ¿Qué impacto crees que tuvo Jesús en la vida del hombre sanado más allá de devolverle la vista? ¿Cómo se compara eso con la respuesta de los fariseos a lo que ocurrió?
3. ¿Con cuál reacción te identificas más—el hombre sanado, los vecinos/padres, o los fariseos? ¿Por qué?

Toma tiempo para reflexionar sobre estas preguntas, ¡y nos vemos mañana para el Día 3!