Un liderazgo transformadorMuestra
Un liderazgo que promueve la paz
Un liderazgo piadoso se hace hábil en la resolución de conflictos. No mira para otro lado cuando ocurre algo que trae tensión y desavenencia entre hermanos. Como el apóstol Pablo, que en su Carta a los Filipenses pidió a dos hermanas que dejaran sus diferencias a un lado para ponerse de acuerdo y tener un mismo sentir en el Señor: “Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor” (Filipenses 4:2). Este versículo queda como un precedente para los que lideramos hoy, es un recordatorio a ser proactivos en buscar la paz entre los hermanos que conforman nuestra comunidad de fe.
Cualquier tipo de cisma entre hermanos es una pérdida para el cuerpo de Cristo. ¿Qué imagen estamos trasladando al mundo, si en medio nuestro no ponderamos el mutuo amor que cubre multitud de faltas? (1 Pedro 4:8). La unidad en la iglesia, visible y constatable a todos, es mejor evangelista que mil sermones elaborados con la mejor exactitud homilética. Por eso Jesús oró pidiendo que fuésemos uno, para que el mundo crea (Juan 17:20). Tal poder benéfico tiene la paz y la concordia entre hermanos.
Por otro lado, la falta de cohesión fraternal en una congregación puede ser el preludio de un descalabro a grande escala. Las divisiones que han lacerado a congregaciones enteras y han tenido un final desastroso, es porque lamentablemente no se intervino a tiempo para cortar de raíz este ponzoñoso mal. Un liderazgo temeroso de Dios tiene que ser contundente en la defensa de la armonía en la iglesia de Dios, que es columna y baluarte de la verdad (1 Timoteo 3:15).
Hay que ser resolutivo e intervenir todas las veces que sean necesarias en tantos conflictos como surjan. No cansarnos en el noble afán de que reine la paz y la unidad allí donde se proclama a Cristo como Señor. Ser un agente reconciliatorio, un constructor de puentes, un instrumento para sanidad y restauración. Si esto hacemos, si marcamos una línea clara para aquellos que cuidamos, mostrándoles el carácter de Cristo, su virtud perdonadora y su amor sacrificial, entonces estaremos en la dirección correcta para tener una comunidad saludable que también haga lo mismo.
Algunos líderes cristianos prefieren evitar la confrontación, pero esta es necesaria para ayudar a una persona a ver sus actos erráticos con el filtro de las Escrituras. Pablo le escribió a Timoteo que redarguyera, reprendiera y exhortara con toda paciencia y doctrina (2 Timoteo 4:2). ¿Cómo la gente puede cambiar si no sabe que tiene que hacerlo? Nos toca a nosotros, los líderes, mostrar un camino transitable hacia la fraternidad y la unidad en la iglesia. Recordemos la exhortación del escritor de la Epístola a los Hebreos: “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14).
Acerca de este Plan
Todo liderazgo piadoso ha de ser transformador. Dios nos ha llamado a ser instrumentos de cambio en sus manos y para su gloria. Si usamos la Biblia como mapa infalible podremos ser eficaces en esta preciosa tarea. Tenemos que actuar, este es nuestro privilegio.
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Nos gustaría agradecer a Como Jesús por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/osmanycruz/