Conviértete en el padre que Dios quiere que seasMuestra
El blanco correcto
Una vez hayas adoptado la perspectiva correcta, identifica el blanco y la meta. Después de todo, esos hijos tuyos son armas, flechas afiladas con el potencial de influir la eternidad para el Reino de Dios. ¡Asegúrate de orientarlos correctamente!
¿Quién es el blanco? El enemigo, Satanás. ¿Cuál es la meta? La gloria de Dios.
Dios ya ha ganado la guerra contra Satanás, y a través de la muerte y resurrección de Jesús, ganó la batalla sobre el pecado y la muerte en la vida de aquellos que ponen su fe en Jesús para salvarlos de las consecuencias eternas del pecado. Hizo todo esto sin tu ayuda.
Entonces, ¿cuál es tu papel aquí? Bueno, Satanás sabe que ha sido vencido, pero quiere llevarse con él tantas almas como pueda. Con este objetivo, hace todo lo posible para que Dios sea mal visto a ojos de las personas y así no pongan su fe en Jesús, sino que permanezcan esclavos del pecado y separados de Dios.
Cada vez que los seguidores de Cristo glorifican a Dios, o atraen la atención sobre la perfección de Dios a través de su obediencia por el poder del Espíritu Santo, demostrando la bondad, la gracia y el poder de Dios para salvar y transformar a los pecadores en santos, demuestran que Satanás está equivocado y aumentan las probabilidades de que otros también pongan su fe en Jesús.
Glorifica a Dios con tu fe y tu obediencia, y cría hijos que sigan tu ejemplo, y harás un grave daño al enemigo y a su plan.
- ¿Cómo simplifica la crianza de los hijos el tener una meta y un blanco claros en la mente?
- ¿Estás demostrando que el enemigo está equivocado?
- ¿Eres el ejemplo que tus hijos necesitan?
- Si es así, ¿quién se está llevando la gloria por eso?
- Si no, ¿la ayuda de quién necesitas?
Lee Romanos 16:20, Efesios 6:12 y 1 Corintios 10:31.
Acerca de este Plan
Los hijos son una bendición del Señor, no importa las circunstancias que rodearon su nacimiento (Salmo 127: 3). Si eres padre, dale gracias Dios por ello y decide en este momento que vas a ser lo que Dios quiere que seas en la vida de tus hijos: un reflejo visible y tangible de Él, sin importar las decisiones que hayas tomado hasta este momento. ¡Ser un buen padre no es tan difícil como parece! Todo lo que tienes que hacer es amar a tus hijos igual que tu Padre Celestial te ama a ti.
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