Yugo desigual en el matrimonio: Desafíos y oportunidadesMuestra
CUANDO TU CÓNYUGE PIERDE LA FE
Es posible, por supuesto, que la actitud de un cónyuge hacia las cosas espirituales pueda cambiar a lo largo de los años. A veces, un matrimonio que comenzó como una unión sólida y de ideas afines entre dos dedicados seguidores de Jesús, más adelante toma un giro inesperado. Cualquiera que sean las razones, un integrante de la pareja puede decidir alejarse de la fe. Cuando eso sucede, el cónyuge creyente se encuentra frente al desafío de su vida. Para sobrevivir a esta crisis, un cristiano fiel necesita mucha asistencia y apoyo externo.
Si esta es tu situación, puedes esperar experimentar algunas reacciones emocionales bastante complicadas como dolor, decepción, soledad e ira. No es difícil ver por qué. Durante años, tú y tu cónyuge han estado involucrados en un triángulo amoroso intenso y muy unido: esposo, esposa y Dios. Ahora un miembro de esta asociación ha roto el círculo. Como el "cristiano sobreviviente", te estás tambaleando bajo los efectos de esta decisión devastadora. Ya sea que alguien se dé cuenta o no, esto no es simplemente una cuestión de la relación rota de tu pareja con Dios. Él o ella también te está abandonando. Así que no te sorprendas si te sientes herido y confundido.
Tu tarea en este punto es resistir la tentación de reaccionar a partir de ese dolor y confusión. Tu misión es estar en la brecha. Haz todo lo que puedas para preservar el círculo. Mantén una mano en la mano de Dios y la otra en la de tu cónyuge. Fija tus ojos en el tercer miembro invisible del triángulo matrimonial. Él todavía está allí, ya sea que tu pareja lo reconozca o no. Recuerda que esta relación se trata del amor comprometido. El cambio de corazón de tu pareja con respecto a la fe cristiana nunca puede cambiar eso. No hay ninguna razón por la que no puedas permanecer casado y seguir demostrando que tu amor continúa a pesar de su repentina afirmación de ser ateo.
Para decirlo de otra manera, se te ha dado una opción. Por un lado, puedes entrar en pánico. Puedes responder a la bomba con tu propio dolor, empeorando aún más la situación. Por otro lado, puedes llevar tu dolor al Señor. Puedes poner la situación ante Él en oración. Puedes permitir que Él te sane, te consuele y te equipe para la tarea de amar a tu cónyuge. Puedes encontrar fuerza en los recursos infinitos de su amor incondicional. La decisión es enteramente tuya.
Una advertencia. Es probable que no puedas tomar y mantener la decisión correcta por ti mismo. Como ya dijimos, vas a necesitar ayuda. Necesitas buen consejo y una comunidad sólida. Te recomendamos que recibas consejo bíblico constante de un terapeuta cristiano calificado. Es la única forma en que podrás proteger tu corazón y mantenerte en la brecha mientras caminas por este valle oscuro. Luego, vincúlate con dos o tres amigos cristianos firmes. Deben ser creyentes maduros en los que puedas confiar y que se comprometan a hacer este difícil viaje contigo. Recuerda las palabras de Salomón: "Mejor son dos que uno, pues tienen mejor recompensa por su trabajo. Porque si caen, el uno levantará a su compañero. Pero, ¡ay del que cae cuando no hay otro que lo levante!" (Eclesiastés 4:9,10).
Mientras tanto, hay un pensamiento importante que debes tener en cuenta. Tu cónyuge afirma haber rechazado la fe cristiana, pero puedes estar bastante seguro de que este es un caso en el que "el problema no es el problema (real)". Nadie se aleja de Dios fácilmente después de años de amarlo y servirlo fielmente. Esta aparición repentina de ateísmo es probablemente un síntoma aparente. Podría ser que el verdadero problema sea algo mucho más profundo y de naturaleza mucho más personal. No sería sorprendente descubrir que tu cónyuge está luchando bajo una pesada carga irresuelta de dolor, conflicto, ira y resentimiento hacia Dios. Las personas generalmente se sienten de esta manera cuando piensan que Él les ha permitido pasar injustamente por algún tipo de experiencia hiriente.
Una cosa es cierta. Si puedes encontrar una manera de sentir empatía con el dolor de tu cónyuge, esta crisis podría convertirse en la puerta de entrada a una nueva fase de crecimiento positivo en tu relación. Incluso podría llegar a ser la clave para descubrir lo que realmente significa confiar en Cristo. Cuando te sientas tentado a entrar en pánico, respira hondo y concéntrate en este pensamiento alucinante. Ya sea que tu pareja lo sepa o no, él o ella podría estar más cerca de Dios ahora más que nunca. El Señor a menudo interviene y redime situaciones como esta de maneras que jamás podríamos haber imaginado ni en nuestros sueños más salvajes.
Es posible, por supuesto, que la actitud de un cónyuge hacia las cosas espirituales pueda cambiar a lo largo de los años. A veces, un matrimonio que comenzó como una unión sólida y de ideas afines entre dos dedicados seguidores de Jesús, más adelante toma un giro inesperado. Cualquiera que sean las razones, un integrante de la pareja puede decidir alejarse de la fe. Cuando eso sucede, el cónyuge creyente se encuentra frente al desafío de su vida. Para sobrevivir a esta crisis, un cristiano fiel necesita mucha asistencia y apoyo externo.
Si esta es tu situación, puedes esperar experimentar algunas reacciones emocionales bastante complicadas como dolor, decepción, soledad e ira. No es difícil ver por qué. Durante años, tú y tu cónyuge han estado involucrados en un triángulo amoroso intenso y muy unido: esposo, esposa y Dios. Ahora un miembro de esta asociación ha roto el círculo. Como el "cristiano sobreviviente", te estás tambaleando bajo los efectos de esta decisión devastadora. Ya sea que alguien se dé cuenta o no, esto no es simplemente una cuestión de la relación rota de tu pareja con Dios. Él o ella también te está abandonando. Así que no te sorprendas si te sientes herido y confundido.
Tu tarea en este punto es resistir la tentación de reaccionar a partir de ese dolor y confusión. Tu misión es estar en la brecha. Haz todo lo que puedas para preservar el círculo. Mantén una mano en la mano de Dios y la otra en la de tu cónyuge. Fija tus ojos en el tercer miembro invisible del triángulo matrimonial. Él todavía está allí, ya sea que tu pareja lo reconozca o no. Recuerda que esta relación se trata del amor comprometido. El cambio de corazón de tu pareja con respecto a la fe cristiana nunca puede cambiar eso. No hay ninguna razón por la que no puedas permanecer casado y seguir demostrando que tu amor continúa a pesar de su repentina afirmación de ser ateo.
Para decirlo de otra manera, se te ha dado una opción. Por un lado, puedes entrar en pánico. Puedes responder a la bomba con tu propio dolor, empeorando aún más la situación. Por otro lado, puedes llevar tu dolor al Señor. Puedes poner la situación ante Él en oración. Puedes permitir que Él te sane, te consuele y te equipe para la tarea de amar a tu cónyuge. Puedes encontrar fuerza en los recursos infinitos de su amor incondicional. La decisión es enteramente tuya.
Una advertencia. Es probable que no puedas tomar y mantener la decisión correcta por ti mismo. Como ya dijimos, vas a necesitar ayuda. Necesitas buen consejo y una comunidad sólida. Te recomendamos que recibas consejo bíblico constante de un terapeuta cristiano calificado. Es la única forma en que podrás proteger tu corazón y mantenerte en la brecha mientras caminas por este valle oscuro. Luego, vincúlate con dos o tres amigos cristianos firmes. Deben ser creyentes maduros en los que puedas confiar y que se comprometan a hacer este difícil viaje contigo. Recuerda las palabras de Salomón: "Mejor son dos que uno, pues tienen mejor recompensa por su trabajo. Porque si caen, el uno levantará a su compañero. Pero, ¡ay del que cae cuando no hay otro que lo levante!" (Eclesiastés 4:9,10).
Mientras tanto, hay un pensamiento importante que debes tener en cuenta. Tu cónyuge afirma haber rechazado la fe cristiana, pero puedes estar bastante seguro de que este es un caso en el que "el problema no es el problema (real)". Nadie se aleja de Dios fácilmente después de años de amarlo y servirlo fielmente. Esta aparición repentina de ateísmo es probablemente un síntoma aparente. Podría ser que el verdadero problema sea algo mucho más profundo y de naturaleza mucho más personal. No sería sorprendente descubrir que tu cónyuge está luchando bajo una pesada carga irresuelta de dolor, conflicto, ira y resentimiento hacia Dios. Las personas generalmente se sienten de esta manera cuando piensan que Él les ha permitido pasar injustamente por algún tipo de experiencia hiriente.
Una cosa es cierta. Si puedes encontrar una manera de sentir empatía con el dolor de tu cónyuge, esta crisis podría convertirse en la puerta de entrada a una nueva fase de crecimiento positivo en tu relación. Incluso podría llegar a ser la clave para descubrir lo que realmente significa confiar en Cristo. Cuando te sientas tentado a entrar en pánico, respira hondo y concéntrate en este pensamiento alucinante. Ya sea que tu pareja lo sepa o no, él o ella podría estar más cerca de Dios ahora más que nunca. El Señor a menudo interviene y redime situaciones como esta de maneras que jamás podríamos haber imaginado ni en nuestros sueños más salvajes.
Escritura
Acerca de este Plan
Casarse con alguien que no comparte tu fe en Jesucristo no es un asunto casual. No estar de acuerdo entre chocolate y vainilla es un bache relacional. Estar en desacuerdo en la manera de ver el mundo puede ser una montaña. Ya sea que te convertiste al cristianismo antes o después de casarte, o si eres soltero y estás saliendo con alguien o construyendo una relación romántica, vamos a hablar de los desafíos y las oportunidades que surgen al estar en un desajuste espiritual.
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Queremos agradecer a Focus on the Family por proveer este Plan. Para más información, por favor visita: http://family.custhelp.com/app/home