Yugo desigual en el matrimonio: Desafíos y oportunidadesMuestra

"EN YUGO DESIGUAL". ¿QUÉ SIGNIFICA?

El pasaje anterior se cita a menudo como prueba de que es pecado que un cristiano se case con un no cristiano. Eso puede estar abierto a debate. Como en muchos casos de interpretación bíblica, hay más de un lado en esta historia. Algunos estudiosos de estos versículos han señalado que el contexto y el idioma original, en particular la palabra griega heterozugeo: “Estar bajo el yugo con otro”, indican que Pablo no está pensando aquí específicamente en el matrimonio. Su verdadera preocupación, se dice a veces, es liberar al creyente de la idolatría.

Hay algo que decir sobre esta interpretación del texto, al menos desde el punto de vista técnico. Pero desde otro ángulo, estos detalles académicos no vienen al caso. Dejando a un lado por el momento la cuestión de si sería pecado casarse con un incrédulo, podemos afirmar sin la menor vacilación que hacerlo es imprudente. El propio sentido común así lo sugiere. ¿Por qué? Porque, en términos generales, la logística práctica de una relación espiritualmente mixta no presagia nada bueno ni para el éxito del matrimonio ni para la salud de la relación del cónyuge creyente con Cristo.

Puede ser cierto que Pablo no estaba pensando fundamentalmente en el matrimonio cuando escribió: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos”. Pero eso no significa que no se le pueda dar una aplicación más amplia al principio contenido en estos versículos. Siempre es importante preguntarnos, en cada área de la vida, qué parte puede tener un creyente con un incrédulo. Esto es particularmente cierto en lo que se refiere al matrimonio. Recuerda el llamado de Cristo: “Niégate a ti mismo, toma tu cruz y sígueme” (Marcos 8:34). Si eres creyente, ¿cómo esperas seguir a un Maestro que exige lealtad absoluta si eliges convertirte en “una sola carne” (Génesis 2:24) con una persona que ignora sus afirmaciones? Es una pregunta que vale la pena considerar.

Naturalmente, nadie tiene la autoridad para dictar la elección de una pareja de matrimonio. Si estás considerando la posibilidad de contraer matrimonio con un no creyente, tienes razón al suponer que la decisión es solamente tuya. Pero por esa misma razón es vital abordarla con el mayor de los cuidados. Si te casas con un no cristiano, es muy probable que el potencial de conflicto aumente con el tiempo. Cuando se trata de criar hijos, diezmar a la iglesia o tratar con enfermedades graves y la muerte, es probable que los dos tengáis actitudes y métodos de afrontarlos sorprendentemente diferentes. Por esto Pablo aconseja a los cristianos que no se unan “en yugo desigual con los no creyentes". Las decisiones de la vida ya son bastante difíciles cuando dos personas comparten el mismo sistema de creencias. Pero la situación puede volverse intolerablemente difícil cuando sus conceptos del mundo son diametralmente opuestos.