Regalándolo todo…y recuperándolo de nuevoMuestra

Permaneciendo rico

Algunos de vosotros os encontráis en una situación similar a la mía. Os estáis acercando al final de vuestras vidas, preguntándoos cómo terminar bien y dejar un legado que bendiga a vuestras familias y aquellos con los que se relacionen por generaciones venideras. Algunos de vosotros acabáis de empezar vuestra vida, dando los primeros pasos hacia vuestros sueños y planes.

Ya sea que estés al final o al principio de tu vida, quiero desafiarte a hacer tres cosas:

1. Trabaja de todo corazón, para Dios y no para los hombres.
2. Planifica con calma, porque no tienes ni idea de lo que el Señor te tiene preparado.
3. Considera ahora cuál quieres que sea tu legado. No es demasiado pronto para empezar.

Cuando somos jóvenes, a veces pensamos que hay una fórmula mágica en la vida que responderá a todas las preguntas o resolverá todos los problemas. Es fácil pensar que la vida posee algún gran secreto y que, cuando encontremos el éxito de algún modo, obtendremos esa fórmula para descifrar todos los misterios de la vida. Pero ahora, como parte de la facultad emérita de la vida, puedo decir que es mucho más sencillo que eso: sé fiel con lo que Dios pone en tus manos e invierte en las cosas celestiales.

Las decisiones que tomes hoy afectarán al legado que dejes. Ya seas un joven hombre de negocios que ha descubierto lo que el mundo ve como éxito, tanto en la vida profesional como en la familiar, o una joven recién graduada y no tienes ni idea de lo que tienes por delante, hoy es el día adecuado para tomar tu decisión a la luz de la verdad de que Dios es el dueño de todo. Vive tu vida en este mundo mientras inviertes tu riqueza en el siguiente.

Aplicación: Al considerar tu vida hoy, ¿cuáles son las cosas y las personas en las que estás invirtiendo que durarán para la eternidad?